jueves, 29 de marzo de 2007

UN VIAJE AL OJO DEL HURACÁN DEL PLAN PATRIOTA


Asi actuan los soldados del presidente Uribe en el Plan Patriota

Señor presidente Uribe:¿Por qué sus valientes soldados filman a los colombianos que los denuncian por violar los derechos humanos? .


POR DICK EMANUELSSON (Primera parte)

REMOLINOS de CAGUAN/2004-1213 / Las fuerzas militares y policiales no pierden una sola oportunidad de filmar, registrar y documentar a los colombianos que públicamente opinan sobre la situación del país. Anteriormente varios de los delegados participantes en el Foro por los Derechos Humanos realizado en el departamento del Tolima fueron filmados por miembros de la Fuerza Pública y posteriormente fueron encontrados asesinados.

En el “Primer Foro por los Derechos Humanos por Una Vida Digna, el Derecho al Trabajo y Una Paz Con Justicia Social”, en Remolinos del Caguán los días 13, 14 y 15 de diciembre de 2004 pasó exactamente lo mismo. ¿ señor presidente y ministro de defensa, Jorge Uribe: ¿ porqué quieren registrar a los civiles, campesinos, estudiantes, labriegos y periodistas que participan y denuncian graves violaciones de los derechos humanos en sus regiones?

* * *

EL SARGENTO ARROYAVE parecía que se encontraba en su propio mundo, totalmente aislado de lo que pasaba a su alrededor. Estaba muy distraído recepcionando datos y no me vio cuando me acerqué al uniformado. Seguramente tenía su cámara de video enfocada hacia uno de los denunciantes que hablaba desde la tarima a unos 50 metros más allá de donde estaba el sargento en el hermoso parque de Remolinos de Caguán.

Eran las 15.00 horas de la tarde el martes 14 de diciembre. Habían comenzado las denuncias por parte de la población civil. Y eran muchas. Un grupo de teatro juvenil de los Remolinos del Caguán y de Cartagena de Chairá actuó ante unos 1500-2000 delegados procedentes de 40 veredas de la región que llegaban a denunciar las violaciones contra los Derechos Humanos por parte del establecimiento y la clara violación a la Soberanía Nacional de los Colombianos por parte de tropas norteamericanas, esto en medio del corazón del operativo militar más grande en 40 años de conflicto armado en Colombia, el “Plan Patriota II”.

De Bogota y del exterior veníamos un grupo de 30 personas entre periodistas y defensores de Derechos Humanos. Periodistas procedentes de Francia, Estados Unidos, Suecia y algunos nacionales, entre ellos enviados especiales de El Tiempo, prensa departamental del Caquetá y también de la televisión, representada por el reconocido periodista Hollman Morris, premio de periodismo “Simón Bolívar”.

El viaje de Florencia estaba marcado por retenes militares. Nuestra llegada estaba prevista. Las preguntas capciosas de soldados y oficiales sudados en el calor tropical revelaban que a nosotros ya nos tenían una especial bienvenida.

En el grupo había unos 10 representantes de las organizaciones más destacadas de los derechos humanos en Colombia como el Colectivo de abogados José Alvear Restrepo, Minga, Codhes, Comité permanente de DDHH, entre otras. La visita y el foro tenían el aval de la vicepresidencia de la República de Colombia.

Primera amenaza impide conversatorio

En el municipio de Cartagena de Chairá se iba a realizar al medio día un informal intercambio de opiniones y consultas con los representantes locales, lo cual fue impedido por las supuestas amenazas de las AUC -el grupo paramilitar que en este momento esta entregando sus armas en el proceso de reinserción con el gobierno y que muchos consideran como una negociación entre “yo y yo”-. Los paramilitares no tienen presencia en esta región de Colombia, “Son los mismos militares que enviaron la amenaza a la señora Dora Obando”, señala enfáticamente uno de los representantes en el Foro.

Hoy en Cartagena de Chairá, vieja bastión guerrillera de las FARC y del Partido Comunista Colombiano, hay más militares que pobladores. Se hace imposible caminar 20 metros sin cruzarlos. No nos querían dejar ir por el río sin que llegara el coronel de la Brigada 12. Sin embargo el mencionado Coronel no llegó y tuvimos qué partir dado que el viaje por el río dura cinco horas aproximadamente.

La plata del Plan Colombia en armas


El Plan Patriota tiene, según Uribe y los militares, la tarea de derrotar a las FARC. Son 18.000 soldados y oficiales colombianos que actúan en una operación de los cuatro ramas de las fuerzas militares. Son dirigidos por centenares de los mejores y más capaces militares mercenarios norteamericanos que han planeado y organizado este operativo que comenzó los primeros días de febrero 2004.

Pero los resultados son sumamente pobres. Ningún cabecilla de la guerrilla ha sido detenido, ninguno de los casi 40 oficiales que la guerrilla ha capturado en combates con el ejército han sido rescatado. Pero los partes de guerra de los generales, reproducidos por los grandes medios sin ningún cuestionamiento al contenido, hablan de que la guerrilla ha sido empujada a los lugares más inhóspitos de la selva donde no van a salvarse.

Por eso fuimos con gran ansiedad e interés y estábamos entrando a la región de Caguán para constatar “la calma y la tranquilidad” de que tanto habla Uribe y sus subalternos, y que supuestamente ahora reina en esta parte de Colombia.

LA TRAVESÍA

Desde que partimos, ya a los cinco minutos nos detiene la marina. Los soldados nos miran con sospecha, sobre todo cuando hay un ”mono”, rubio, entre los 30 personas que tiene todo menos “pinta” campesina. Las “Pirañas”, es decir las lanchas blindadas que posee la marina, son todas nuevas. Cuatro ametralladoras punto 30 en cada lado y una M60, un pequeño cañón, en la punta de la lancha. Hasta huele a pintura fresca en los aparatos que frecuentan ahora el Río Caguán.
“Aquí está la plata de Plan Colombia y los nuevos 676 millones de dólares para el 2004”, comenta uno de los pasajeros. El día antes se informó que en la ciudad de Pasto, fronteriza con Ecuador, que son el 45 por ciento los niños que sufren de desnutrición. El departamento de Santander ya no tendrá un hospital departamental ya que el gobierno de Uribe cerró también el “Ramón González Valencia”. en uno de los clásicos “plumazos”; ¿cuántas otras entidades públicas faltan por cerrarse para deteriorar aún más el nivel de vida de la población?.

Pero para la guerra nunca faltará, como ha prometido el presidente. . . .

Retén guerrillero y Plan Patriota

El aire es fresco, totalmente liberado de los horribles gases de Bogota donde 60 por ciento de los habitantes viven bajo el índice de pobreza, y más bien miseria absoluta. Son casi cinco millones. La lancha va “full” y calculamos que llegaríamos a Remolinos de Caguán a las 6 de la tarde cuando el motorista baja la velocidad notoriamente y desvía la lancha hacía la orilla derecha. Ya han pasado solamente 30-40 minutos y pienso que “no puede ser otra vez un retén”?!

Pero los uniformados no son del estado. Una mujer con pelo casi hasta la cintura, vestida de camuflaje y una boina negra con la estrella roja en el medio nos recibe con una sonrisa al mismo tiempo y con sus ojos rápida y minuciosamente recorre las dos lanchas con los delegados. “Bienvenidos”, nos saluda, “por favor suban acá”, dice e indica a donde nos toca subir. Ahora veo que ella no esta sola. Hay guerrilleros posicionados en varios puntos a la orilla del Río Caguán donde tienen un excelente control sobre el panorama. Un guerrillero de unos 25 años, parece medio mando, nos piden las cédulas para chequear quienes somos. El proceso dura menos de cinco minutos y ningún equipaje es requisado.

¿Cómo han sido afectadas las FARC por el Plan Patriota”, le pregunto?

“Hay combates todos los días, pero como pueden ver, aquí estamos intactos como antes, el área esta bajo nuestro control, solo a unos kilómetros del casco urbano de Cartagena de Chaira donde están “los Chulos”, dice muy seguro y se despide.

Un pueblo de fantasma; Peñas Coloradas

Pasamos casi dos horas por el río cuando llegamos a un pueblo de fantasma; Peñas Coloradas.

Tenía casi 500 familias o unos 2.000 habitantes. Ahora está totalmente abandonado. Detrás unas grandísimas trincheras hechas de sacos verdes y rellenados de arena, se encuentran varios oficiales y soldados, entre ellos un soldado negro. Han sido trasladados de San José de Guaviare para fortalecer la tropa regular en esta comunidad sin gente.

“Dicen que se fueron todos con la guerrilla, dice el negro, no sé, porque llegué hace ocho día. Pero hace un mes, la guerrilla atacó el puesto acá y las balas se perforaron allá”, indica a las paredes.

Nos registran, nombres y apellidos, profesión y actividad en los cuadernos.

Ya son las 4 de la tarde y nos queda más o menos dos horas de viaje antes de llegar a Remolinos. Y es importante de que lleguemos ante de esa hora por que la ley de la guerrilla es que nadie pude transitar por el río o por las carreteras después de las 6 de la tarde. La consecuencia es obvia.

Sin mayor novedad pasamos una hora. ¿Será que llegaremos sin otro retén? me pregunto cuando, otra vez, el motorista desvía la lancha y entramos al caserío Las Camelias. Allá, en el muelle, esta un uniformado que resulta ser el segundo comandante del 14 Frente de las FARC.

De las marchas campesinas a la guerrilla

Es amable y casi pide perdón por la molestia. Pero nos quiere “dar una bienvenida”, también, “a la zona y explicar algunos asuntos sobre Plan Patriota y el foro”, que comenzará al otro día. Nos lleva por el pueblo donde los habitantes nos miran con grandes ojos. Una discoteca, pequeños almacenes y casas constituyen el pueblo. Ha habido varios y fuertes combates en la cercanía pero la guerrilla siempre ha regresado.

EIDER MOSQUERA ES UN COMANDANTE NEGRO, sonriente y amable. Fue uno de los más destacados líderes campesinos durante las gigantescas marchas campesinas en el 1996 y 1997 en el sur de Colombia en protesta a las fumigaciones. El campo fue fumigado por glisofato y los campesinos no vieron otra alternativa, levantarse y marchar hacia las grandes capitales departamentales en el sur de Colombia.

Con el presidente Samper llegaron a un acuerdo que, como todos los anteriores acuerdos entre el estado y el pueblo termina en pelea, “ha sido solo mentira y engaño”. Y para asegurar que los campesinos no retomaran el camino de la lucha para reclamar sus derechos, comenzaron a ser asesinado los dirigentes campesinos, uno tras uno “por el ejército fascista al servicio del establecimiento”. Mosquera no vio otra alternativa que incorporarse a la guerrilla porque no quería salir del país en condición de exiliado. Este comunista es un importante refuerzo en el área política del 14 Frente que ahora dirige.

Y ahora estaba sentado ante los delegados, sorprendidos por la amabilidad de una guerrilla de la cual habían escuchado lo peor en Bogota y en los medios oficiales, pero acá, invitándonos a tomar y compartir unas gaseosas y cervezas.

“Como pueden ver, los informes sobre nuestra derrota no es verdad. Las FARC estamos vivitos y coleando”, comienza su “relato informal”, como tilda el dialogo que quiere entablar con los visitantes.

Las irritaciones del presidente Uribe

El “Plan Patriota, que se inició en el mes de febrero, significa combates diariamente pero es el pueblo que lleva la gran carga cuando la aviación tiran bombas de 1000-1500 kilos. Mañana podrán escuchar los testimonios de las víctimas por los bombardeos donde las casas han sido quemadas. Plan Patriota no ha afectado a nosotros en lo más mínimo. Uribe y los medios de comunicación hablan de victorias militares pero aquí estamos”, dice el comandante moreno con una sonrisa y sigue planteando la importancia de que se realice un intercambio humanitario entre los prisioneros de guerra y los guerrilleros presos en las cárceles colombianas.

La reunión no dura más de diez minutos pero sigue afuera en las calles de Camelias. Son las seis y media de la noche, pasada la hora sagrada, pero no hay problemas, porque durante los 60 minutos que dura la última parte del viaje a Remolinos se ve las luces de las linternas de ambos lados del río donde los guerrilleros apostados, prestando guardia, le dan al motorista “luz verde” para terminar su tarea este primer día del viaje a Remolino. Las comunicaciones guerrilleras en el “Ojo del Huracán” funcionan perfectamente. ¿Será que son estas realidades militares las que le molestan e irritan al presidente Uribe?

* * *

REMOLINOS DE CAGUÁN HA SIDO ESCENARIO por otros procesos de paz. Allí en 1984 se encontraron los delegados del gobierno de Belisario Betancourt y la guerrilla de las FARC, lo cual terminó en “El acuerdo de La Uribe”, sobre el cese de fuego entre el estado y la guerrilla -De éste proceso surge la Unión Patriótica que fue exterminada dejando como saldo un GENOCIDIO CON MÁS DE CINCO MIL LIDERES ASESINADOS, de los sobrevivientes muchos tuvieron que integrarse a la filas de la insurgencia para protegerse, entre ellos el reconocido Simón Trinidad-.

Retomando el escenario, se percibe un espíritu tranquilo en la población. El padre Jacinto, premiado recientemente por su duro trabajo por la paz y en contra al Plan Patriota, propone en la mañana del foro, que el intercambio humanitario se realice en la zona de Remolinos que debe ser despejada de todas las fuerzas militares y guerrilleras. Durante todo el día del martes 14 se discuten los distintos temas de la guerra, desplazamiento, represión, pero también cómo buscar un futuro sin hojas de coca pero con verdaderas alternativas, “nada de propuestas chimbas”, - dice un campesino-.

Y es cuando voy a sacar una foto del grupo de teatro juvenil, que describe cómo una niña del pueblo fue acusada de ser guerrillera por una patrulla del ejército y que después públicamente fue violada por los militares ante una población horrorizada, y es cuando veo el sargento Arroyave levantar su cámara de video para registrar a los asistentes presentes que ha iniciado las denuncias públicas contra las FF.MM.

Y ahora me voy en camino al sargento para preguntarle:

** Buenos Dias, mi nombre es Dick Emanuelsson, corresponsal sueco. ¿A quien esta filmando Ud.?
“Estoy haciendo unas tomas, no más”.
** ¿A quien?
“Tomas, no más”.
** ¿Pero a quien?
¿“Que?”
** ¿Pero a quien?
“Tomas del escenario, todo esto, no más.”
**¿Y por que?
“No, tomas”.
** ¿Pero quiero saber por qué esta filmando el evento y toda la gente asistente acá en el foro sobre los derechos humanos? ¿Qué grado tiene Ud.?
“Sargento”.
** ¿Por qué, sargento, esta filmando a la gente que en este momento esta haciendo denuncias contra ustedes los militares por violar los derechos humanos?
¡“No señor”!
** ¡Si señor!
¿“Como así? ¿Que violación de derechos humanos?”
** Claro, están haciendo fuertes denuncias contra la fuerza pública.
“Primero que todos; nosotros los militares eehhh. . . . , estamos preparados para. . . en todos los referentes de derechos humanos, si? Nosotros somos los primeros en respetar los derechos humanos como militares que somos. . . , como fuerza pública somos respetuosos a los derechos humanos.”
** ¿Como pueden ser respetuosos cuando está filmando a la gente que están haciendo las denuncias abiertamente acá?
¡“No, no, no, no señor!”
** ¡Si señor! ¡Están haciendo denuncias contra Ustedes”!
¿“Usted dice que nosotros somos bandidos?
** No, no lo he dicho. Le pregunto. . .
“Usted como periodista me afirma que nosotros somos bandidos.
** No, no dije eso, estoy diciendo que Usted con una camera de video esta filmando a los asistentes en este foro que están haciendo graves denuncias contra la fuerza pública.
“Cuando estaba haciendo unas tomas me decían los de derechos humanos que no asistiera, que no filmara dentro de. . . allá por el respeto a la vida y de pronto por que podría servir de retaliación, por crímenes, por preservar la vida de la gente no deben filmarse imágenes. Primero que todo, no lo estamos haciendo por que lo estamos respetando. . .”
** Pero igual se puede escuchar y ver fácilmente lo que están diciendo.
“Si, se puede escuchar y grabar lo que sea en parte de audio. No es contra retaliación o…. nada.”
** La gente dice que se siente muy provocada por Usted.
“Pero ¿por que? Y me extraña ¡que Ud. periodista diga eso de nosotros”!
** Si claro, Usted está filmando a la gente”.
¿“Que piensa Usted sobre la fuerza pública?
** A mi me impacta que la fuerza pública, que esta siendo denunciada por la población civil y que se encuentra aquí (alrededor 2.000 personas) de violar los derechos humanos, es la misma fuerza pública que ha rodeado el evento con soldados armados hasta los dientes filmando a la gente. No es necesario ser “bobo” para entender que eso es una forma muy provocativa contra los presentes aquí.
“De todas maneras pedimos disculpa si…. no estoy violando nada, ya no filmo más y ya listo. Evitamos problemas. Si algo, pues, le digo al comandante. . .
** ¿Cual es su apellido por que lo tiene escondido?
“No se le doy por que no tengo… no soy bandido”. Soy soldado de Colombia y respeto a la constitución, respeto a los derechos humanos como estoy preparado. Yo no puedo violar los derechos humanos por que si yo violo los derechos humanos, ¿que pasaría? pasaría a ser juzgado. Primero a la justicia penal militar, para que la justicia ordinaria proceda inmediatamente y que tengan las pruebas suficientes que YO he violado a los derechos humanos. Inclusive los mismos norteamericanos nos exigieron a nosotros que todos los militares nos preparamos en derechos humanos y lo hemos hecho y lo hemos cumplido. ¿Ya? Si hablan de Plan Patriota es una orden del gobierno nacional por el bien de la comunidad, queremos recuperar a Caquetá (el departamento) para que la gente tenga. . .
** Usted como soldado sabe perfectamente bien el reglamento suyo, que dice, que Usted tiene que tener su apellido visiblemente en el uniforme. ¿Por qué no lo quiere hacer?
“No lo quiero hacer por que Ud. con mi apellido ¿que quiere hacer?”
** Yo lo pido no más por que Usted está filmando a la gente.
“Bueno, yo pido disculpas, ya no filmo más y . . . listo ya”?
** ¿Usted es de la Brigada Móvil 22 de la Contraguerrilla?
“Si, y aquí esta mi parche, no estoy escondiendo nada.”
** Usted esta escondiendo su apellido.
¿“Por que necesita mi apellido?
** Quiero saber quien esta filmando a la gente.
“Yo pido disculpa y no filmo más”.

* * *

Y así termina un intercambio de preguntas y vagas respuestas de un sargento que, por supuesto, solo obedece órdenes de los superiores.

¿Y quienes son ellos?

Son de arriba, hasta el ministerio de Defensa y hasta el palacio de Nariño donde el presidente Álvaro Uribe cada día exige resultado en la “lucha para derrotar a los terroristas”, como suele a decir el mandatario colombiano en cada declaración pública.

Desesperación militar

Pero los resultados del Plan Patriota no llegan pero la desesperación de muchos militares si, aumentan. Dicen varios soldados que sueltan la lengua facilmente después de que uno cae en confianza con ellos. Son los que también sufren esa desesperación y obsesión presidencial para lograr la meta; una derrota militar contra la guerrilla que no han logrado durante 40 años de conflicto armado y que tampoco lo obtendrán con el Plan Patriota. Y nos dimos cuenta esa realidad durante los días en bajo y medio Caguán.

Esa desesperación se refleja a través de las detenciones masivas en ciudades y en el campo. En Cartagena de Chairá fueron apresados casi 80 habitantes y llevados con los ojos vendadas durante una caminata de 45 minutos, como fila india, hacía el batallón. Y no los soltaron hasta llegar en avión de transporte militar a Bogota. Hoy, después de más un año solo quedan cinco habitantes encarcelados, en espera de un juicio que en Colombia nadie asegura es justo. Todos los demás fueron absueltos pero ante la comunidad y toda Colombia fueron indicados como “terroristas de las FARC”.

* * *

A LAS 12 DE LA NOCHE, después de más de 15 horas de denuncias y de conversaciones entre los 2.000 asistentes, ya termina la conferencia. No se ve los uniformados de los cuales varios se han cambiado el verde olivo por la ropa civil, mezclándose con los denunciantes.

El otro día salimos a las 6 de la mañana. Pasa lo mismo como en la ida; requisas y registros. Hay un rumor en el Remolino de que el coronel de l a Brigada se va vengar por haber sido desenmascarado su sargento e impedido de seguir la “inteligencia” tan descarada. Hay un pequeño nerviosismo entre los delegados pero no pasa nada hasta llegar al retén fluvial cinco, minutos antes de Cartagena de Chairá.

“Buenos Días, dice el mayor Espítia, que resulta haber visitado mi ciudad natal, Göteborg, en una visita, invitado por una empresa multinacional. Ha estudiado derecho en las FF.MM. y me observa minuciosamente con el rostro como “y ese mono, ¿que ha hecho él”? Quiere saber mi opinión en muchos aspectos nacionales y no oculto mis opiniones, lo cual crea una discusión interesante. Admite que las FF.MM. ha cometido violaciones de los derechos humanos pero que ya no.

“Estamos en guerra”

Falta a revisar solamente a Diana Rojas, 18 años y estudiante de comunicación social en una de las universidades en Bogota. Los oficiales la llevan de repente a su “oficina” 20 metros más arriba de la orilla del río lo cual me despierta la inquietud. La joven mujer, feliz de haber cubierto todo el evento y haber filmado casi ocho horas de intervenciones, charlas y denuncias, esta llorando y con el colega Álvaro Angarita del semanario VOZ, dejo al mayor Espitia para asistir a la joven colega.

“Usted están violando el derecho sagrado del periodismo, cuyos convenios internacionales el gobierno colombiano ha ratificado y que significa que no se puede revocar las fuentes periodísticas”, le digo a uno de los mandos militares que ha comenzado de revisar todos los seis casetes de filmaciones del evento de los derechos humanos. El veterano periodista Angarita subraya, que están cometiendo un grave error, violando la misma Ley 57 de la constitución. De la lancha se escucha la delegada de la gobernación, Maria Teresa Cabrera Gómez, gritando que “la niña vive en Cartagena de Chairá, así que ella puede regresar después, tenemos prisa”.

Semejante solidaridad de una representante de las máximas autoridades departamentales, pienso y seguimos insistiendo hacia los militares.

“Estamos en guerra”, dice el cabo segundo, Juan Carlos Castillo, justificando su actuación de la revisión de todo el material periodístico. Pero en un dos tres, se da cuenta que si, efectivamente están cometiendo un grave error que le puede costar duro y pide, igual como su colega, el sargento, disculpa y dice que la joven periodista puede irse.

Una “minidetención”

Llegamos a Cartagena de Chaira y para algunos delegados les queda solamente cuatro horas para alcanzar el vuelo para irse a Bogota. Pero los uniformados no han terminado su cuenta con nosotros. En el mismo pueblo comienzan otra vez un registro de todas las cedulas, uno por uno inscritos en el cuaderno. Demoran.

¿“Y donde está Hollman Morris y sus dos acompañantes”? nos pregunta un capitán de la policía. Nos tienen chequeados hasta el último colega, pienso a la pregunta. El capitán es demasiado agradable y no sé cuantas veces me he saludado en mano estos tres días con los oficiales de las FF.MM. de Colombia.

La Chiva esta llegando a Paujil y solo falta menos de una hora antes de llegar a Florencia, la capital de Caquetá. Un retén de la Contraguerrilla nos ordena a bajar con todo el equipaje y con la cédula en la mano.

“Usted, como se llama”, me pregunta un tipo grandote. Le muestro la cédula y me dice; “Venga conmigo, la Brigada nos ha comunicado”, ¿“sobre que”?, le pregunto. “No sé, que se va a presentar no más en el comando acá”, y deja la conversación por clausurada.

Caminamos unos 150 metros al Comando de la Contraguerrilla en Paujil. Se comunica por la radio y ordena un soldado de quedarse en la entrada conmigo. Un minuto más tarde aparece un oficial que me saluda y solo pregunta si soy periodista. La Chiva nos ha alcanzado y varios colegas salen angustiados para exigir una explicación de esa “minidetención”. Pero nada, solo quería “verme” y que la Brigada les había comunicado. Pero no dicen por qué.

La omisión periodística de El Tiempo

Como periodistas somos muy respetados por los uniformados, sobre todos si llegamos como un grupo grande. ¿“Tienes dos discursos, uno para nosotros y otro para la población civil? le había preguntado al capitán Carlos Álvarez, comandante para el puesto militar en Peñas Coloradas. Este hablaba tanto a favor de los derechos humanos donde las fuerzas militares tienen que respetar estos derechos. Después de escuchar las denuncias de la población civil, no pude, por lógicas razones, llegar a una diferente conclusión que si, hay dos discursos.

El colega de El Tiempo, Andrés Caribello, un joven e inteligente periodista con la carrera asegurada para el futuro, escribía en la edición digital de su diario el domingo el 19 de diciembre que los retenes de las FARC duraron mucho más tiempo que los del ejército, como eso fuera lo más importante. Sin embargo sostenía que los dos comandantes guerrilleros del 14 Frente de las FARC ordenaban a los asistentes de bajarse de las lanchas casi con tono hostil, cuando el encuentro fue en un ambiente lo contrario.

“Luego de una bienvenida rápida un hombre alto y cetrino, aferrado a su fusil, comenzó a lanzar su mensaje, a veces en tono de arenga, a veces coloquial y divertido, como un culebrero de pueblo”, describía Caribello el encuentro en Camelias.

Y lo que no escribía este colega, no sé por ordenes de arriba o por propia autocensura, era la modalidad de las fuerzas militares colombianas de registrar, filmar y documentar cada ciudadano que tiene opiniones sobre el manejo de la política colombiana. No puede ser que los comunicadores sociales fallamos en esta labor donde el eslabón con la población puede romperse si no sabemos actuar adecuadamente.

Porque la palabra “omisión” no solamente se aplica en los casos cuando la fuerza pública se ha hecho vista gorda ante las barbaridades de los escuadrones de la muerte paramilitar, sino también en el cubrimiento periodístico ante esas barbaridades.

Más todavía, cuando se trata del único diario con cubrimiento nacional, no importa que uno de los dueños sea el vicepresidente del país, la verdad tiene que salir, de una e otra forma.