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viernes, 28 de septiembre de 2007

La impresionante generosidad de Uribe hacia la “guerrillera” que secuestró una avioneta

Por Dick Emanuelsson *

CENTROAMÉRICA / Cada vez cuando los parapoliticos Uribistas, entre ellos esta vez el primo Mario Uribe, son detenidos (ya son 37 presos Uribistas/congresistas), “deserta” un(a) "guerrillero(a)" o explota una bomba en alguna ciudad de Colombia con resultados fatales.

Ahora leo El Tiempo que una guerrillera, armada hasta los dientes, haya secuestrado una avioneta en Puerto Príncipe, departamento de Vichada (cerca la frontera con Venezuela), una de las ciudades más militarizadas de Colombia. Con el fusil en la espalda del camuflado caminó hasta que llegó a la avioneta en la pista de aterrizaje, pidió amablemente el piloto de llevarla a la ciudad de Villavicencio, dos horas más allá. Según El Tiempo la guerrillera tenia un fusil Galil (que tiene el ejercito), “entregó también cinco proveedores, 150 cartuchos y un machete”.

Y lo lindo de esta historia sin sangre derramada es que la guerrillera encontró una comprensión total en los altos mandos de las Fuerzas Militares por su actuación, como pudiera ser una reconciliación entre los colombianos:

“La intención de ella, desde el principio, era fugarse y tratar de rehacer su vida. Por eso tomó la decisión”, indicó el coronel Pablo Gómez, comandante de la Policía en el Meta.

La guerrillera a su vez también era muy comprensiva con el único pasajero y lo dejó bajar de la avioneta antes de que partiera de Puerto Príncipe con rumbo a Villavicencio. Es decir; ¡nada de rehenes aquí, no!

El diario del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos y su co dueño y primo, el vicepresidente Francisco Santos, relata que:

“La pista de Puerto Príncipe, llamada La Victoria, está ubicada a dos horas de Villavicencio y tiene restringidos los vuelos por la Fuerza Aérea Colombiana”.

Pero ahí entra una guerrillera vestida para la guerra, armado con un fusil Galil, dos granadas en la cintura, machete, cinco proveedores en su pecho y con el fusil en la espalda y le pide al piloto que la lleve a una ciudad dos horas más allá.

¿Así no más?

De pronto alguien cree ese cuento. Pero yo no lo hago.

En diciembre del 2000, viajé de Villavicencio a la ciudad Calamar para hacer unos reportajes con el concejo y el entonces alcalde de la ciudad bajo control guerrillera en el departamento del Guayare. Toda persona que ha viajado en esas avionetas de cuatro asientos, partiendo de la ciudad de Villavicencio, sabe que los controles del DAS, (Departamento Administrativo de Seguridad, la policía política secreta bajo el mando personal del presidente), los organismos de la inteligencia del ejército es total, más todo el personal uniformado. Cuando venia de vuelta de Calamar, fuimos recibidos por una comitiva del DAS que hacia un interrogatorio y chequeo total del bagaje.

Y ahora, más que nunca, los aeropuertos, tan chico o grande que sean, son militarizados, sobre todo con personal de la inteligencia y del DAS, observando todo.

Dice El Tiempo, citando las autoridades militares y policiales:

“Extraoficialmente se conoció que la guerrillera no sería judicializada por secuestro, sino admitida en el programa de reinserción del Gobierno y por ahora está bajo protección de la Policía.”

¡AJA! Y ahí pasa rapidito a otro lado.

Para todos los periodistas en Bogota, no es ningún secreto que los funcionarios del regimen de Uribe trabajan frenéticamente para convencer a los presos guerrilleros de trabajar por el regimen, es decir; pasar al “otro lado”. Los presos que son sentenciados a 10-40 años pueden ser presa fácil si no tienen la suficiente convicción ideológica para resistir la oferta de salir de la cárcel si coopera con la inteligencia militar y con Uribe, entre lo cual, se destaca los montajes contra la guerrilla, autoatentados y sobre todo, de involucrar al Secretariado del Estado Mayor de la guerrilla en acusaciones de narcotráfico.

“Trabajamos fuerte para dividir a los presos de las FARC adentro de las cárceles”, decía el asesor de Uribe, José Obdulio Gaviria, (primo hermano de Pablo Escobar del Cartel de Medellín), en el programa “Hora 20” en Caracol de Néstor Morales, cuando Uribe intentó de hacer un espectáculo, liberar algunos presos comunes, desertores o algunos que había negociado su salida de la cárcel, en cambio de un relato firmado en Blanco y redactado por el DAS y así poner las FARC ante el mundo como intransigente y terrorista,.

Eso es lo que ha pasado ahora con la “guerrillera”, que también puede ser una agente de la inteligencia que logró infiltrarse en las filas guerrilleras y que ahora sale a la luz pública, que también sucede a veces.

Uribe esta muy presionado por toda la comunidad internacional, hasta por los integrantes del G8, de realmente hacer algo sustancioso en el tema del intercambio humanitario de prisioneros de ambos lados. Se ha quedado el la estación mientras el tren con la senadora Piedad Córdoba y el presidente Chávez ha volado con una velocidad que impresiona a todo el mundo. Y se nota que Uribe esta irritado, por eso le sale todo el arsenal de adjetivos contra su enemigo político-militar de la insurgencia, hasta enlodar la tribuna de la ONU con su vocabulario.

También esta presionado Uribe por los informes que contradice Uribe en la ONU; que todo esta tranquilo en el país, que ahora no hay motosierras de los paramilitares, que los 31.000 matones o vigilantes del sistema llamado “democracia colombiana” trabajan honrosamente y no se dedican a matar sindicalistas, a pesar que fueron asesinados 75 el 2006, la mitad del mundo,.

¡Que no¡ los informes serios muestran que la mitad de los municipios del país esta bajo control a todos menos el estado, o mejor dicho; los agentes ocultos del estado terrorista siguen trabajando igual como antes. En texto claro eso significa lo mismo como en las elecciones del 2002, que los representantes del establecimiento ganarán como han hecho desde que fueron derrotados los colonialistas españoles por que las alternativas políticas y populares son impedidos por un estado que en forma sofisticada cierra todo los caminos democráticos, sea con mentiras como el caso de J.M. Santos, asesinatos, masacres o a través montajes como el caso de tantos “guerrilleros” al servicio a la inteligencia militar.

Pero la gente yo no traga más cuentos. Ahora dice el gobierno y los generosos generales que la “guerrillera” no es una secuestradora sino una pobre mujer que escapó de los “Diablos de Marulanda”, por eso no habrá juicio público en donde se puede enfrentar las acusaciones de un verdadero terrorismo que significa de secuestrar un avión. No importa, la gente ya no cree más en esos mentirosos funcionarios del estado.

* Reportero en America Latina