domingo, 9 de mayo de 2010

NICARAGUA: Entrevistas a combatientes históricos en la insurrección de 1978 en Monimbó





Por Dick y Mirian (cámara) Emanuelsson
VIDEO (35 min.): http://www.vimeo.com/11607793

MASAYA / 090228 / El 26 de febrero de 1978 se levantó la población, mayoritariamente indígena, en el barrio Monimbó en la ciudad de Masaya, Nicaragua. La insurrección fue en contra la tiranía del dictador Somoza. Desde esa fecha Monimbó quedó liberada de las tropas asesinas, 15 meses antes del triunfo el 19 de julio de 1979.

Estas entrevistas con varios de los combatientes históricos de la Brigada 26 de Febrero las hicimos el año pasado en el día por el 31 aniversario de la Rebelión y entrevistamos. En el material hasta ahora inédito, nos relata sobre la gesta heroica de estos hombres y mujeres que estaban dispuestos de dar su vida para acabar con la sangrienta dinastía Somocista.

Entre ellos que cayeron por las hordas fascistas, siempre apoyadas por los regimenes de turno en Casa Blanca, se encontraba Camilo Ortega, hermano del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.

COMBATIENTES HISTÓRICOS DE LA BRIGADA 26 DE FEBRERO

Con José Prineda López, combatiente del Directorio de la Brigada 26 de Febrero del barrio Monimbó en la ciudad Masaya, Nicaragua, hablamos ese día. Ahí esta el indígena Fernando Miller López y Mercedes Guadalupe Flores González, ésta última solo tenía 11 años 1978 y vivía en la calle principal en Monimbó y operaba como ‘correo’ entre los diferentes destacamentos guerrilleros en Monimbó. Ella se recuerda esos días duros en Monimbó:

“La aviación nos bombardeó, fue terrible. Toda mi familia se organizó y la casa nuestra fue una casa de ‘seguridad’ y ahí se reunieron los combatientes”, cuenta.

Pero también encontramos “El Cachorro” Ricardo García, que como muchacho de 18 años estuvo como soldado sandinista en los combates 1982-1984 contra la invasión gringa. Ya estaban sus ‘contras’, entrenados y armados en bases militares en el territorio hondureño bajo la batuta de John Negroponte. Reagan y el Pentágono no aceptaban que un pequeño, pobre pero orgulloso pueblo como lo de Sandino tuviera su soberanía e independencia nacional. Preferían ahogarlo en sangre derramada.

Pero no todo fue como los gringos calculaban.

DERRIBARON EL AVIÓN GRINGO de HASSENFUS

“Fuimos a la montaña a defender el país (después el triunfo) por que en esa época la soberanía nicaragüense estaba invadida por los norteamericanos. Y creemos que una vez más como nicaragüenses y como Monimbóseños mostramos el fervor revolucionario que queríamos para Nicaragua, esta patria linda que defendemos con capa y espada”.

“Tuve la oportunidad el 8 Septiembre de 1983, cuando los aviones norteamericanos venían para bajar municiones y comida a la Contra, como jefe del pelotón de estar presente cuando el compañero San Carlos derribó un avión norteamericano piloteado por el mercenario Eugene Hassenfus”, nos cuenta “El Cachorro” Ricardo García.

También relata que cuando ganó las elecciones Violeta Chamorro el 1990, Hassenfus vino a Nicaragua, ya que Chamorro era la candidata de los agresores estadounidenses y sigue siendola, y quería encontrarse con el joven jefe de ese pelotón que había derrumbado y detenido al piloto mercenario. Éste, era una pieza en el escándalo “Contras-Gate”, liderado por el coronel Oliver North, hombre de Reagan, la CIA y del Pentágono.

La historia se repite por que el que se cree Virrey de Managua, el embajador James Callaghan, sigue organizando e intentando de unir esa oposición vendepatria que desde 76 años, cuando fue asesinado Sandino, ha sido las presas baratas bajo el control gringo, subraya Garcia.

“Pero estamos dispuestos de agarrar los fusiles otra vez si fuese necesario para defender a nuestra Revolución”.

VIDEO: http://www.vimeo.com/11607793
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LA VERSIÓN DE HUMBERTO ORTEGA SOBRE LA INSURRECCIÓN DE MONIMBÓ
Por Humberto Ortega Saavedra


El Nuevo Diario. | 26 febrero de 2008

http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/25560

1- Hace 30 años en 1978, el domingo 26 de febrero, los numerosos grupos de insurrectos que en Monimbó se enfrentan a la GN realizan tranques en Los Sabogales, en la carretera que entronca con dicho barrio indígena. El fin de estos tranques es detener los camiones con gente que es llevada por el presidente Anastasio Somoza Debayle a la concentración que en este día el régimen monta en Managua, en la explanada de Tiscapa, como una demostración de fuerza política.

Esta acción de tranques de los insurrectos es reprimida por las fuerzas élites de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, EEBI, que dirigen Anastasio Somoza Portocarrero, el general Reynaldo Pérez Vega –jefe del Estado Mayor GN– y los implacables oficiales GN, Alesio Gutiérrez e Iván Alegrett, quienes desde el día 23 entran de lleno para aplastar la sublevación de Monimbó.

En la persecución a los sublevados, la GN es incapaz de alcanzarlos, y entonces se ensaña con los pobladores de Los Sabogales en sus humildes hogares, en donde unos 15 inocentes –2 zapateros, 1 carretonero, mujeres (una de ellas embarazada y niños)– son ametrallados.

En una de esas casitas de madera, pintada de blanco y que está bajo unos árboles de mango, de los que abundan en ese sector, están mi hermano Camilo Ortega Saavedra, Moisés Rivera y Arnoldo Quant, quienes desde días antes trabajan de prisa para fortalecer la dirección de la sublevación. Antes del mediodía de este domingo 26 de febrero, las tropas de la EEBI irrumpen en la vivienda, y son repelidas por ellos con sus escasas armas, al grito de "¡Viva el Frente Sandinista!" Luego de caer heridos, son brutalmente torturados y asesinados por la GN. Horas antes, por la oscura madrugada de ese día, se retira de esta vivienda el guerrillero indígena de Sutiaba, Hilario Sánchez Vásquez, con instrucciones precisas de Camilo para desarrollar misiones del momento.

Al día siguiente, el lunes 27, durante las sangrientas "Operaciones Limpieza" que realiza la EEBI, muere Rubén Paladino en el campanario de la iglesia San Miguel, al ser acosado por las tropas. Seguidamente culmina la resistencia heroica de los sublevados, cuando el destacado militante sandinista de Masaya, el universitario Bosco Ramón Monge Hernández, combate herido y cae gritando: "¡Patria libre o morir!"

2- La sublevación de Monimbó se desata el lunes 20 de febrero, a raíz de la misa de 40 días del asesinato del doctor Pedro Joaquín Chamorro, misa a la que sólo asisten mujeres como medida para atenuar la represión, la cual no se evita porque la GN lanza una tormenta de gases lacrimógenos sobre la manifestación pacífica que se produce a la salida de la Iglesia de San Sebastián, gases que afectan a centenares de niños escolares del anexo Don Bosco, frente al parque San Sebastián. La represión de la GN contra la marcha de mujeres indefensas provoca la pronta respuesta de la comunidad indígena de Monimbó.

Múltiples formas de protestas

La sublevación de Monimbó tiene como motivación inmediata las múltiples formas espontáneas de protestas masivas, callejeras, como las quemas, las procesiones religiosas y las misas, que ocurren en las ciudades principales de nuestro país durante los meses de enero y febrero, en repudio al crimen del periodista Dr. Chamorro Cardenal. En estas luchas participan pobladores de todos los credos políticos e ideológicos.

También alientan la sublevación los paros que impulsa en enero la empresa privada con UDEL, liderada por el doctor Rafael Córdova Rivas, y, en particular, los ataques guerrilleros que el 2 de febrero realizan los Terceristas, comandados por Edén Pastora Gómez y el cura español Gaspar García Laviana, contra los cuarteles y puestos de la GN en Rivas y Peñas Blancas, y las acciones contra el cuartel GN de La Pólvora, que culminan con la toma de la ciudad de Granada, que dirige Camilo Ortega, y en las que participan Hilario Sánchez, Raúl Venerio, Óscar Perezcassar y Roberto Montenegro, entre otros. Estos audaces ataques los orientamos desde Palo Alto, con los objetivos de no permitir que se aísle la exitosa actividad guerrillera del Frente Norte, y para potenciar el movimiento masivo antisomocista urbano y de los caseríos vecinos.

3- Masaya desde l973 fue objeto de la atención organizativa del FSLN, la cual se refuerza en octubre del 75 con la presencia de Camilo Ortega y Leticia Herrera, quienes son apoyados por Juan Carlos Herrera y Ulises Tapia, caídos heroicamente, y también por el masaya Carlos Brenes. Ya dividido el FSLN, Camilo, Leticia y Allan Bolt dirigen Masaya, Granada, Carazo y Rivas.

La bomba de contacto

Después de noviembre del 76, y tras la muerte de Carlos Fonseca Amador, de Eduardo Contreras y de Roberto Huembes, es de Masaya desde donde Camilo integra al Tercerismo a Francisco Rivera, "El Zorro", y a Víctor Tirado López, quienes junto a Daniel Ortega y Leticia Herrera, poco tiempo después, se trasladan a Honduras para formar el Frente Norte. En abril del 77, en Tegucigalpa, nos reunimos Daniel, Víctor, Joaquín Cuadra Lacayo y yo, para ultimar detalles sobre la ofensiva que se desarrolla en octubre de este año. De tal manera que durante la sublevación de Monimbó del 78, decenas de militantes sandinistas y colaboradores apoyan a los líderes naturales de esta rebelión, convirtiéndose en su principal jefe el militante Asunción Armengol Ortiz, inventor de la bomba de contacto, quien muere en combate durante la insurrección nacional de septiembre de este mismo año. Es el masaya y profesor Armengol Ortiz, quien salva a Hilario Sánchez, Arnoldo Kuant y Camilo Ortega de ser linchados por los insurrectos, que los confunden con agentes del gobierno cuando ellos llegan a incorporarse a la sublevación.

4- Con la misa a Pedro Joaquín el día 20 y con los 21 morterazos que en el primer minuto del 21 de febrero, 44 aniversario de Augusto C. Sandino, los monimboseños detonan, se pone en movimiento todo el caudal histórico de lucha que desde la conquista española esta comunidad de Monimbó preserva. En esos siete días de heroica resistencia, el ingenio y la destreza popular se ponen en función de la rebeldía para rechazar la maquinaria bélica de la EEBI.

Primero, antes del 20 febrero, con las festivas bombas de mecate; luego, con las bombas de contacto, los vasitos de Gerber y los envases de café Presto llenos de pólvora, azufre, aluminio negro, clorato, ácido para piscina, charneles de púas de alambre, tiras de latas, trozos de tubos y sellados con maskin-tape. Toda la capacidad de los monimboseños en sus tradicionales talleres pirotécnicos es dispuesta para improvisar armamento rudimentario, cañones, bazookas, cañas huecas; toda su fuerza humana para levantar las barricadas con troncos, piedras canteras, adoquines, fosas para impedir el paso de las tanquetas, botellas quebradas en las calles, agua hirviendo, fogatas, quemas de llantas, de casas y de vehículos de esbirros, pedradas, armas de cacería, y las pocas pistolas automáticas y granadas de mano militares que portaban combatientes como Camilo Ortega y sus compañeros.

Se lucha con los rostros descubiertos o con máscaras, con los padres salesianos Vásquez y Pacheco que gritaban: "¿Cuál es la ruta? ¡Que se vaya ese hijueputa! ¡Viva Pedro Joaquín, viva Sandino, viva el Frente Sandinista!" Está presente la comunidad indígena con su cofradía ritual, el Toro Venado, el Alcalde de Vara, el Consejo de Ancianos, el Prioste, el Titante, el Bongoncero, el Regidor, el Alguacil, con sus símbolos de poder: la vara de alcalde, dos bolillos de níspero, la bandera de Nicaragua y la bandera de la Iglesia Católica. Así, con el pecho y sus puños, miles de monimboseños, masayas, y de otros puntos del país le cumplieron a Nicaragua.

El ajusticiamiento de Pérez Vega

5- Luego de la muerte de Camilo, el héroe Hilario Sánchez se pone al frente de las tareas, y el 8 de marzo dirige en Managua, con Nora Astorga y Walter Ferreti, el ajusticiamiento del GN-1 , el general Reynaldo Pérez Vega, acción con la que se reivindica a los caídos en las jornadas de enero y febrero. En estos días Masaya se refuerza con los combatientes GPP William Ramírez y Glauco Robelo.

El proceso insurreccional se potencia nacional e internacionalmente, y es crucial la decisión que tomamos los dirigentes Terceristas de dislocar en mayo al grueso de combatientes del Frente Norte, sus jefes y cuadros políticos: a Managua con Joaquín Cuadra; a León con Dora María Téllez; a Estelí con "El Zorro", Francisco Rivera; al Frente Sur y Palo Alto con Daniel Ortega y Víctor Tirado, para reforzar la dirección y coordinación que dirijo apoyado por Germán Pomares "El Danto"; Edén Pastora, el tico Plutarco Hernández, Silvio Casco, Herty Lewites y Sergio Ramírez Mercado, entre otros. Desde entonces, otros eslabones de lucha integran la gran cadena nacional que hace posible el 19 julio del 79, el fin del somocismo.

Los héroes de la sublevación de Monimbó, cumplieron. Y nosotros los nicaragüenses del presente, con su juventud como motor, hoy sin guerra y en paz, con los difíciles problemas económicos y sociales que agobian al país, y con las graves penurias de los más pobres y desamparados de nuestra patria, estamos obligados a integrarnos como nación para materializar los ideales de quienes se sacrificaron por una Nicaragua sin miseria ni pobreza, en plena libertad y democracia.

Camilo

Mi hermano Camilo Antonio Ortega Saavedra es el sexto y último de los hijos de nuestros padres, don Daniel y doña Lidia; los dos primeros murieron niños. Nació en 1950, el 13 de diciembre, en la capital, en la colonia Somoza, frente al parque Somoza y el estadio Somoza. Estudió en el Colegio La Salle de Managua y en el Salesiano de Masaya, donde se bachilleró.

Desde la década de los 60 se involucra en las luchas antidictatoriales, y en l966, junto a Jorge Guerrero, se integra al FSLN formando los Comandos Armados Sandinistas. En 1967, en las históricas jornadas de lucha del 22 de enero, está presente con otros sandinistas como el mártir David Tejada. En 1969-70, cuando estudia ingeniería en la UNAN-Managua, su responsable político es el dirigente José Benito Escobar, caído en la lucha. En estos años Camilo, con los mártires Leonel Rugama y Edgard Munguía, se involucra activamente en el movimiento estudiantil y en las luchas de las madres por sus hijos, reos políticos. Camilo también asume el arte y los artistas en función del movimiento revolucionario, apoyando de lleno el renacimiento del Grupo Praxis, con los destacados artistas e intelectuales, Leonel Vanegas, Efrén Medina, Orlando Sovalbarro, Leoncio Sáenz y Róger Pérez de la Rocha. Es la época de la Tortuga Morada y de los Beatles, donde Camilo en las bohemias hippies se divierte como joven.

A fines de 1971 interrumpe sus estudios al pasar a la clandestinidad, y regala sus libros y boina roja a nuestro primo Ernesto Arosteguí. De 1972 al 75 Camilo se forja en Cuba al lado de Carlos Fonseca Amador. Y desde 1975, ya instalado en Masaya, se llega a convertir en uno de los destacados dirigentes y jefes de nuestra lucha sandinista, hasta morir heroicamente el 26 de febrero, hace 30 años. Camilo, por su espíritu unitario, que se hermana con dirigentes de las otras tendencias sandinistas, se gana la distinción de Apóstol de la Unidad.

Nuestro hermano menor Camilo era afable, amoroso, sencillo, y siempre con una eterna sonrisa. Era serio, pero bromista, y manejaba en política la ironía con fino humor, con respeto. Siempre entusiasta en sus tareas que calmadamente asumía con pasión, con mística, reflexionando profundamente para potenciar su don natural de conspirador para superar las barreras de la cruda realidad de sufrimientos y muerte. Como dirigente fue estudioso, persuasivo, no autoritario ni dogmático, era flexible, meticuloso, ordenado, planificador. Fue un hombre de ideales, causas, fe y esperanzas. A los 17 años escribió en la revista Adelante, de los padres salesianos: "...el Papa quiere juntar todas las ovejas bajo un mismo rebaño, sean éstas rojas o negras".