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miércoles, 6 de mayo de 2009

EL SALVADOR ANTE UN NUEVO GOBIERNO POPULAR(1): “La disputa por el rumbo histórico que llevará este país apenas está comenzando”


Entrevista a SIGFRIDO REYES, miembro de la Comisión Política de FMLN

En audio: http://www.box.net/shared/1j27m0lx32

El 15 de marzo pasado el pueblo de El Salvador superó el miedo y el terrorismo psicológico y mediático, echando abajo una era de casi 20 años del partido derechista ARENA. El periodista Mauricio Funes ganó con casi 52 por ciento de los votos frente a su contrincante Rodrigo Ávila, ex jefe de la policía nacional y ex vice ministro de seguridad de los gobiernos anteriores.

No obstante, algunas declaraciones de Funes han causado preocupación en las filas de FMLN y en los sectores populares, sobre todo por el carácter y por el programa que tendrá el gobierno que asumirá el 1 de junio próximo. El corresponsal en América Latina Dick Emanuelsson, conversó con Sigfrido Reyes del FMLN y con Fidel Nieto, rector de la Universidad Luterana en San Salvador y líder de la Tendencia Revolucionaría (TR) sobre interrogantes que ya muchos se hacen en El Salvador y en el mundo: ¿qué tipo de gobierno tendrá el pueblo salvadoreño? ¿qué tareas esperan al FMLN, a la izquierda en general y al movimiento popular? A continuación una síntesis de ambas entrevistas.


Por Dick Emanuelsson
Un agradecimiento especial a Marialuisa Atienza por la trascripción de los reportajes de El Salvador


DE: En primer lugar, muchísimas gracias por atendernos, están ustedes diputados en una asamblea, en una plenaria, sobre la legislación de protección al menor, que es bastante cansón, muchos debates y realmente, estamos muy agradecidos por recibirnos. Para un sueco, el nombre Sigfrido es un nombre muy antiguo en Suecia ¿Usted tiene algunas relaciones con los países nórdicos?

Sigfredo Reyes (SR::) – Muchas gracias por la oportunidad. Lo de mi nombre creo que tiene que ver más con una afición de mis padres a la lectura de la literatura y la leyenda de los Nibelungos [1]. No tengo ninguna ascendencia nórdica o alemana, excepto porque mi familia, en los años de la guerra en El Salvador, tuvo que salir al exilio, y terminaron estableciéndose en Suecia, sí, así que yo siempre he tenido mucha gratitud por ese país porque fue muy generoso con decenas de miles de latinoamericanos: salvadoreños, chilenos, argentinos, uruguayos, guatemaltecos, colombianos que huían de las dictaduras y de la represión de los militares, la violación de los derechos humano.

DE: - ¿Están ahí todavía?

SR: – Sí, todavía están, aunque estuvieron acá en los días recientes, algunos todavía han quedado de visita, porque querían ser parte de este cambio histórico para el país.

Las diferencias entre las elecciones 2000, 2004 y 2009

DE: En primer lugar también quisiera darle unas felicitaciones por lo que es no solamente una victoria, sino una victoria histórica y quisiera preguntarle: ¿Cuáles son los factores detrás de la victoria 2009 y no de las elecciones 2000 o 2004?

SR: – Creo que en primer lugar, el factor que explica el resultado es que hemos cumplido aplicando una estrategia política diseñada por la dirección del partido, FMLN, en la cual le dimos una enorme importancia a la unidad interna del partido, al desarrollo de sus capacidades organizacionales en el terreno, en el territorio, con los sectores sociales. El partido, es un partido con mucho prestigio en la sociedad salvadoreña, con mucho arraigo en los sectores populares y por lo tanto, reconocido como un partido capaz de encabezar las luchas por las reivindicaciones de este pueblo, sin duda que ese fue un factor determinante. En otras ocasiones, las elecciones las habíamos encontrado en un panorama menos positivo. La discusión sobre candidaturas, nos llevó a fracturas internas, a divisiones. Esta vez fue diferente, se logró mantener una cohesión y, a mi juicio, eso fue determinante para la victoria. El segundo elemento, es que diseñamos un programa de propuestas para el país que incluye políticas públicas, en diversos ámbitos del gobierno, en materia económica, social, ambiental, la reforma política, la democratización, la seguridad ciudadana, la política exterior, la infraestructura del país, la energía, la educación, la salud, la vivienda. Políticas que, a nuestro juicio, son las que pueden sacar al país de una situación bastante difícil que estamos viviendo ahora y que hemos vivido en los últimos años. Es evidente que en El Salvador, como en otros países, el modelo neoliberal aplicado a la economía y a la sociedad, no dieron buenos resultados. El país se convirtió en un país generador de pobres, y muchos de esos pobres se convirtieron en emigrantes, y el país no pudo, hasta la fecha, construir una economía sostenible bajo su propio impulso. Entonces, el programa que ofrecimos, fue un programa creíble para la sociedad en su gran mayoría, un programa aceptado, acompañado. Y el tercer elemento clave en esa estrategia, es la candidatura presidencial, la candidatura a la vicepresidencia, la fórmula presidencial, que lograron atraer votantes de sectores que bajo otras condiciones y circunstancias, no votarían probablemente por el Frente. Se logró atraer un voto caracterizado como centro-derecha, o un voto centrista, y eso ayudó a alcanzar las metas electorales. Nadie pone en duda en este país que el FMLN es uno de los dos partidos principales, eso está fuera de cualquier discusión. Pero siempre nos habíamos quedado debajo de los 40 puntos en la votación presidencial. Y en un sistema electoral, donde necesitas tener un 50% más uno de los votos, era sumamente importante atraer sectores que tradicionalmente no han acompañado al FMLN, por su propia condición de clase, o por su propia visión ideológica del mundo. Entonces, una fórmula presidencial bastante acertada, un programa de cambios que a la vez permitían darle estabilidad y tranquilidad a la sociedad, fueron, pues, jugando este resultado de victoria, sin dejar de lado, por supuesto, el papel del partido en el territorio, en los sectores en la opinión pública, en la Asamblea Legislativa, en el Parlamento, que al final se convierten en el punto de comparación para medir a un partido. Eso creo que fue, la fórmula.

DE: Mauricio Funes, el nuevo presidente de El Salvador, ha dicho que una de las dos tareas más priorizadas para el futuro gobierno serán la seguridad y enfrentar la crisis económica para el pueblo salvadoreño. ¿Qué más está en el orden del día para el nuevo gobierno y también por supuesto, las tareas van a ser un poquito diferentes ahora para el partido como tal, que antes, cuando estaba en la oposición?

SR: – La agenda de cambios que queremos impulsar para el país, incluye otros elementos muy importantes: La superación de la pobreza y la exclusión social, es algo central para nuestro partido. En este país, todavía se viven niveles de pobreza insospechados en otros lados, hay una exclusión social muy marcada, hay un desarrollo territorial bastante centrado en las grandes ciudades y un abandono muy evidente de las zonas rurales. Entonces, éste es un punto que tenemos que atacar rápidamente. Tenemos que aplicar programas sociales de emergencia para enfrentar la crisis alimentaria, enfrentar también el problema del analfabetismo, enfrentar la situación de salud precaria de la población. Entonces, toda la problemática de ataque a la pobreza, es algo también central en nuestro programa.

Incentivar el sector productivo

DE – Que dice ahora el partido de oposición, ARENA, sobre las propuestas de FMLN y el programad el nuevo gobierno?

SR – Lo que pasa es que el partido ARENA tiene una visión asistencialista para reducir la pobreza, que consiste en darle a las familias pobres un bono de dinero de 15 dólares, o 20 dólares en un mes, algo casi ridículo en cuanto a monto de dinero. Nosotros creemos que hay que pasar más allá de darle dinero a la gente. Tenemos que darle la oportunidad de trabajar, de cultivar la tierra, de poner en práctica la actividad industrial aunque sea en pequeño. En fin, generar empleo que permita que el combate a la pobreza va a ser sostenible y no dependa siempre de los impuestos, de los que pagamos impuestos, para impulsarlo. Ese es un punto central. Otro punto central de nuestra agenda, para el gobierno, deviene del compromiso de democratizar la sociedad salvadoreña. Esta es una sociedad de rasgos, hasta cierto punto, feudales…

DE - ¿Elitista?

SR - Altamente elitista, una extremada concentración de la riqueza. Entonces, tenemos que democratizar este país. Esto pasa por sanear el sistema electoral, sanear el sistema judicial, descentralizar el Estado, tener una política de seguridad efectiva, que pueda contener la violencia y la delincuencia. Pasa también por dar apertura a nuevas señales en el mundo de las relaciones internacionales del país. Este país ha estado muy marcado por orientaciones ideológicas en política exterior. Y por supuesto, un excesivo sometimiento a los dictados tradicionales de Washington. Creemos que la democracia en el país no será tal democracia, mientras sigamos teniendo como punto de orientación solamente Washington o que tengamos que vivir con vestigios de la guerra fría, el aislamiento a Cuba, el deseo o respeto de la derecha de las relaciones con Taiwán en oposición a China continental y otros temas de la política exterior que a nuestro juicio tienen que ser cambiados. Así que eso amplia un poco más el panorama de la agenda del nuevo gobierno. O sea, es importante superar la crisis económica, especialmente, pero igualmente importante es aprobar medidas sociales o distributivas, que permitan que los pobres puedan tener un poco más de oxígeno y puedan tener un poco más de condiciones para salir adelante, y no limitarse simplemente a cruzarse de brazos en lo que hace el mercado, por ejemplo…

DE - … o esperando las remesas…

SR - … o esperando las remesas que es un mecanismo de sobrevivencia del modelo económico, crea pobres, y despacha a los pobres para que vayan a trabajar a otro país, EE.UU. en este caso, y que luego, los mismos pobres, subsidien a los pobres que se quedaron. El gobierno se ufana de tener niveles de descenso de la pobreza muy grandes. Nosotros siempre nos hemos hecho la pregunta ¿eso responde a una acción del Estado, o es implemente porque los que se fueron, son los que están mandando dinero?

DE – Pero tienen la forma para realmente crear un sector productivo que no ha existido durante los gobiernos neoliberales?

SR - Yo creo que lo primero tiene que haber un enfoque de mayor prioridad al mercado interno y al mercado regional, creemos que Centroamérica no puede seguir fragmentada en pequeñas economías, hay condiciones para tener un mercado apreciable en cuanto a población. Somos 40 millones de habitantes, no es poco. Hay que potenciar a los pequeños y medianos empresarios con crédito, con tecnología, con investigación de mercados con educación de alta calidad para la mano de obra, con mayor calidad de los servicios: energía, agua, telefonía, más seguridad, no sólo la seguridad jurídica, de que se van a respetar los contratos, sino la seguridad personal de aquellos que quieren invertir en el país. Así que esos son elementos que vamos a necesitar fortalecer para conseguir el objetivo.

El ejemplo del campo nicaragüense

DE - ¿Cuáles son las experiencias que Nicaragua que ya lleva dos años con el gobierno sandinista, puede dar a El Salvador por ejemplo en el campo, en donde el gobierno Sandinista ha tenido un gran éxito para justamente aumentar la productividad?

SR – Yo creo que Nicaragua ha dado pasos muy importantes al propiciar medidas de lucha contra el hambre y por la creación de empleo rural.

DE - … y exportar sus productos. . . .

SR – . . . y generar una productividad que le permita exportar alimentos, sobre todo. De hecho, una buena cantidad de los alimentos que se consumen en El Salvador, son comprados en Nicaragua. Claro, la dotación de recursos de Nicaragua, en tierras, aguas, es evidentemente superior a la de El Salvador. Pero se han creado condiciones para que la gente invierta en el agro. Creo yo que ese es un punto interesante que podríamos conocer más en detalle, cómo se pasa más allá de entregar un dinero y se van generando condiciones de producción para que los pequeños, medianos campesinos puedan exportar sus productos

El ejemplo de de participación ciudadana en Nicaragua

DE – Durante la guerra sucia electoral del partido ARENA se decía que el verdadero amigo de Funes es Chávez, porque el mapa político de Centroamérica hoy en día es muy diferente que hace unos cuatro, cinco años, para no hablar del tiempo de la guerra. Le hacía la pregunta sobre las experiencias de Nicaragua durante estos últimos años y FSLN y FMLN tienen relaciones antiguas, son dos partidos de masas, y entonces, ¿qué tipo de visión y perspectiva da el mapa político de Centroamérica de hoy?

SR – Con el Frente Sandinista nos unen los cordones umbilicales, porque Farabundo Martí peleó junto con Sandino para expulsar a los invasores yankies en los años 20. De ahí nace una tradición de hermandad en la lucha, que se ha mantenido todos esos años y que significó también que muchos salvadoreños fueran a combatir a Somoza en su momento. Y siempre hemos tenido una gran solidaridad del pueblo de Nicaragua, de los hermanos sandinistas, de Daniel Ortega, en particular. Hoy en día, ellos están en el gobierno, afortunadamente, están implementando un programa de cambios importantes, con las limitaciones que significa esa crisis global que está reduciendo la demanda de productos de nuestros países, que está reduciendo, incluso, el envío de remesas, reduciendo los flujos de inversión y de crédito. Pero Nicaragua está saliendo adelante y está convirtiéndose en una gran potencia en términos agro-alimentarios. Pero más allá de eso, también hay experiencias novedosas en Nicaragua, en materia de democracia, impulsando mecanismos de participación ciudadana y de apertura en la gestión pública, que a nuestro juicio, vale la pena estudiar, porque son mecanismos que rompen con la tradicional democracia participativa y abren otros cauces a la democracia, una democracia más ciudadana, más de base, eso es, a nuestro juicio, algo muy interesante que está haciendo el Frente Sandinista y el gobierno.

DE - ¿Están ustedes estudiando esa experiencia para…


SR – No, no la hemos estudiado, digo, sería digno de conocer más en detalle.

DE - … intercambiar?


SR – Intercambiar, conocer la filosofía de ese concepto, no para copiarlo simplemente, porque creemos que los esquemas de democracia participativa están bastante desgastados en nuestros países, y la ciudadanía demanda espacios de participación, mecanismos para involucrarse en la toma de decisiones en los asuntos públicos y hay que imaginar otros modelos de democracia más participativos, más avanzados, más en manos de la ciudadanía y no en manos de la burocracia. Yo creo que Nicaragua está haciendo un experimento digno de estudiarse, porque rompe con los estereotipos que hasta el momento hemos vivido, donde se tienen determinados poderes del Estado, hay elecciones cada cuatro, cinco años, pero no hay una real participación de la ciudadanía en la toma de decisiones

Las relaciones internacionales del nuevo gobierno

DE – Ustedes fueron muy acosados en las elecciones 2004, el fantasma de la ETA de España y, bueno, siempre hay una fuente interminable de argumentos y ataques contra una nueva alternativa política en cualquier proceso social y político. Aparte, si sacamos un poco de lo más absurdo de esto ¿qué se podría hacer en el sector de energía, educación, salud? Yo vivo en Honduras y allá y el acuerdo entre Honduras y el ALBA significa que vienen medicamentos cubanos a un precio pero muy, muy favorable para todos los hospitales públicos. En la educación también se está avanzando, ya han acabado una tercera parte del analfabetismo durante cinco, seis meses y se da un proceso francamente interesante que ha despertado la conciencia de gran parte del pueblo hondureño. ¿Qué podemos esperar de un nuevo gobierno de Mauricio Funes y FMLN sobre la cara inclinándose hacia el Sur?

SR – Nosotros nos hemos comprometido en nuestro programa de gobierno, hacia una nueva política exterior basada en la nación salvadoreña, dejando atrás una política exterior marcada por la entrega de los intereses nacionales que nos llevó al extremo ridículo, de participar en una guerra de invasión en Irak y en una larga ocupación de ese país, lo que nos ha mantenido involucrados en conflictos propios de la guerra fría: ser parte de la estrategia para aislar Cuba, manteniendo una política de enfrentamiento político y diplomático con los gobiernos progresistas de América Latina, felicitando, incluso, un golpe de Estado contra Hugo Chávez en el año 2002, manteniéndonos amarrados a la diplomacia del dólar que practica Taiwán, frente a una realidad que ya nadie puede negar , que es la realidad económica, tecnológica y militar de China. Nosotros tenemos que hacer un viraje sustantivo en la política exterior. No pretendemos alinearnos a ningún eje, ni creemos que ese sea nuestro destino, queremos mantener buenas relaciones con EE.UU., cultivar esas relaciones, recibir apoyo para nuestro desarrollo, conseguir un trato justo para los emigrantes. Pero todo con una relación nueva de respeto, de diálogo, y de que se comprendan los intereses de nuestro país. Con los países de Sur hay enormes posibilidades de multiplicar los lazos, los contactos, en materia energética, en materia técnico-científica, en materia de salud, en materia de producción agropecuaria, agro-alimentaria, en materia de cooperación política para enfrentar amenazas a la seguridad regional, lucha contra las drogas, etc. Así que nuestra visión de las relaciones internacionales del nuevo gobierno, empiezan una visión plural, una visión que buscará atraer todo lo que se pueda en cooperación para nuestro desarrollo, venga de donde venga, por supuesto, manteniendo siempre los límites del respeto a nuestra soberanía, a nuestra autodeterminación. Hay un hecho que, a veces, algunos analistas olvidan, nosotros somos Frente de Liberación Nacional, y la liberación nacional, es la liberación absoluta de cualquier potencia hegemónica, que quiera dirigir o tutelar a nuestro pueblo. Y somos anteriores, como corriente político-ideológica en América Latina a muchos de los movimientos que ahora gobiernan en el Sur. Entonces, para nosotros resulta muy extraño y ajeno a nuestra tradición histórica, que se nos quiera poner como organizaciones subordinadas, dependientes de otros movimientos de otros líderes revolucionarios. El Frente ya tiene la suficiente vida adulta, para pensar con cabeza propia

Declaraciones de FMLN y desautorizaciones de Funes

DE – En la declaración que hizo el representante del FMLN en Cuba, sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y la declaración que hizo el diputado Martínez y la (contra)declaración que sacó el nuevo presidente Mauricio Funes desde Brasil, desautorizando precisamente esas declaraciones mencionadas, me imagino que también la derecha en sus medios de comunicación han intentado de aprovechar esa circunstancia (de contradicciones entre Funes&FMLN). ¿Todavía no hay una coordinación entre el presidente y el partido de Fmln?

SR – Lo que yo puedo subrayar es que nosotros tenemos un programa de gobierno que le ofrecimos al país, y la gente votó por ese programa. Y en materia de relaciones exteriores, está muy claro de que este país tiene que dar el paso de salir de esta prehistoria diplomática y dejar atrás las políticas que buscan aislar a Cuba, o aislar a cualquier país. Como partido, nosotros tenemos un compromiso claro de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, creemos que también es importante avanzar a una relación normal, plena, total, con China Popular, y con otros países que juegan ya un papel relevante en el mundo y en la geopolítica mundial. Esto nos parece que es un asunto de principios. Para nosotros lo fundamental es que el programa que se le ofreció al electorado, sea cumplido y que después el pueblo salvadoreño pueda juzgar si ese compromiso se ejecutó correctamente, totalmente, y a partir de eso, valore al FMLN como un partido que ha sido capaz de llevar a este país, a un nuevo momento de su historia. Creo que todo lo demás pueden ser algunos asuntos totalmente secundarios. Lo importante para nosotros es que esta oportunidad que nos ha dado el pueblo, es una oportunidad que no debemos desperdiciar en discusiones menores, sino, lo central es cumplirle al pueblo, cumplir con el programa, y cumplirle al mundo que con tanta simpatía y solidaridad ha visto siempre nuestras luchas, desde los momentos de la lucha por los derechos humanos, la lucha armada para derrumbar una dictadura militar, la lucha porque se cumplieran los acuerdos de paz, esta lucha por la democracia. Entonces, lo básico para nosotros es el punto programático, lo demás es secundario.

">¿Desviar el proceso y crear contradicciones FMLN&Funes?

DE - ¿Hay sectores poderosos en la sociedad salvadoreña que quisieran desviar, quizás la línea política de la plataforma electoral que tenía Mauricio Funes con el FMLN para de otra forma desviar al presidente en un curso que favorezca a esos sectores poderosos?

SR – Es que hay que tener clara una cuestión; El bloque de poder hegemónico, que va más allá del partido político gobernante y que incluye los factores reales del poder en el país, el gran capital, los medios de comunicación de la derecha, el partido de gobierno, por supuesto, o al menos, que será de gobierno hasta mayo, y otros factores de poder real, poderes fácticos, han perdido esta batalla, pero van a seguir dando la pelea. Y sin duda que su principal esfuerzo será en quitarle a nuestro gobierno el impulso, la decisión de limitar la profundidad de las políticas que podamos poner en práctica. Dejar sin alma y sin contenido las políticas, para, de esa forma, reservar sus antiguos privilegios. Y lo van a intentar hacer, desde los medios de comunicación, desde las presiones de los sectores del capital, lo van a intentar también hacer desde los órganos del Estado, que tienen todavía importante participación, la Asamblea Legislativa, los gobiernos locales. Desde todas las instituciones del Estado. O sea, lo que el FMLN ha ganado en esta elección, es el acceso al gobierno ejecutivo. La disputa por el rumbo histórico que llevará este país, apenas está comenzando.

DE – Es decir, han ganado las elecciones, han ganado la oportunidad de asumir el gobierno, pero el poder todavía no está en las manos del pueblo. Entonces, cuáles son las nuevas tareas organizativas y políticas que el FMLN como partido tiene que tener?


SR – Yo pienso que lo que se abre en este país, a partir de la victoria del 15 de marzo, es una especie de primavera democrática, donde el pueblo, que ya empezó a perder el miedo, va a derrumbar totalmente los esquemas de temor y miedo. Se va a volver más consciente de sus derechos.

DE – ¿Se caen muchos fantasmas?

SR – Se caen los fantasmas, se caen los miedos, y al estar conscientes de sus derechos, y al tener un Estado que no los va a reprimir y al tener el esquema de organización. No me cabe ninguna duda de que este pueblo va a avanzar, se va a movilizar, y va a proponerse nuevas metas de democratización, de desarrollo humano, de participación en los asuntos públicos, de transformación de las viejas estructuras económicas, sociales. Va a buscar también liberarse de los esquemas ideológicos que lo han mantenido sometido por siglos. En ese momento, en esa etapa la labor del partido es organizar, conducir, a este pueblo que ya empezó a saborear lo que es desatarse de las cadenas de un bloque oligárquico de poder, que lo han mantenido sumido, no por 20 años, por toda la vida, sometido. La victoria del FMLN del 15 de marzo, no es una victoria que se limite a derrotar a un partido de ultra derecha de rezagos fascistas. La real victoria ha sido la derrota del bloque oligárquico de poder, que ha dominado el país por 185 años, después de que somos república, lo que nunca en este país hubo alguna vez un gobierno democrático con vocación por los pobres. ¡Nunca! todos los intentos terminaron en fraudes, en golpes de Estado, en asesinatos, en homicidios, en guerras. El significado histórico que estamos viviendo, yo creo que todavía ni nosotros mismos lo alcanzamos a dimensionar. Por supuesto, lo que se abre ahora, no es una simple transición de un gobierno a otro. En realidad lo que se abre ahora es una transición más profunda hacia una sociedad democrática, hacia una sociedad justa, solidaria, que sea igualmente productiva, que sea capaz de resolver las necesidades materiales de su población. Y eso ciertamente, va a tomar mucho más que un período presidencial. Nosotros nos estamos preparando para hacer bien este gobierno y luego seguir recibiendo el apoyo del pueblo en las urnas, sabiendo que cinco años es demasiado poco para cumplir con las metas históricas que como partido nos hemos propuesto.

[1] Cantar de los nibelungos

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EL SALVADOR (2): “Aquí no se puede servirles a los pobres y a los ricos a la vez”


Entrevista a FIDEL NIETO, de la Tendencia Revolucionaría, TR reflexiona sobre la victoria historica en El Salvador

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Fidel Nieto, rector de la Universidad Luterana en El Salvador, viejo luchador popular del FMLN durante la guerra y del disuelto Partido Comunista de El Salvador, saluda la histórica victoria en la que fue derrotado el partido Arena y el sector que le rodeaba en las elecciones del 15 de marzo. Pero la congratulación a FMLN y a Funes no viene sin un poco de preocupación sobre el carácter que tendrá el nuevo gobierno cuya victoria no habría sido posible sin el fuerte apoyo y respaldo de los los movimientos sociales del país. Con Fidel Nieto dialogó con el periodista Dick Emanuelsson.


Por Dick Emanuelsson
Entrevista a SIGFRIDO REYES, miembro de la Comisión Política de FMLN
Un agradecimiento especial a Marialuisa Atienza por la trascripción de los reportajes de El Salvador


Dick Emanuelsson (DE): Primero que nada, muchas gracias Fidel, otra vez estamos acá para tomarte el pulso, saber un poco de en una situación quizás bastante diferente de las anteriores veces que nos hemos conversado para analizar la lucha contra el gobierno saliente de ARENA. Pero ahora tenemos un gobierno que va a ser presidido por Mauricio Funes, que fue candidato lanzado y apoyado por FMLN ¿Cuáles son los factores por la victoria electoral de FMLN esta vez, el 15 de marzo 2009?

Fidel Nieto (FN) – Es un gusto hablar contigo, y qué gusto que siempre que vienes a este país me visitas, es muy bueno. En cuanto a los factores de los resultados electorales, yo creo que hay como que tratar de destacar los más fundamentales, porque hay una serie de factores que han contribuido a que se dé esta situación. En primer lugar yo quería recordar, hoy hace 80 años, el mundo capitalista está viviendo igual que hace 80 años, una nueva crisis muy profunda y en El Salvador, aquella crisis de 1929 generó una serie de hechos que curiosamente llevaron, incluso, a una victoria electoral de la izquierda, por primera vez en este país. 80 años después El Salvador se encuentra frente a una crisis del capitalismo, y de igual manera se suceden, igual que en aquella época, victorias electorales. ¡Mira qué cosa! Quiero destacar ese hecho porque hay personas que de alguna manera están diciendo que la victoria electoral del 15 de marzo es la primera victoria de la izquierda. No es así. En 1930 también ganó la izquierda y en aquel momento, incluso algunos candidatos que iban para concejos municipales en aquel entonces, participaron con una bandera ciertamente comunista, ¡y se ganaron las elecciones! Y un gobierno de izquierda surgió, pero sólo duró pocos meses, porque la derecha, la oligarquía de aquella época no podía aceptar que se diera un fenómeno de esa naturaleza donde, incluso, comunistas fueran parte de los gobiernos municipales. Y se dio un golpe de Estado, y de esa manera en 1930 se inauguró la larga dictadura militar.

¿Qué es lo nuevo del 15 de marzo? que, al contrario de lo que sucedió en la década de los 70, donde la oposición ganó por lo menos dos veces, elecciones presidenciales, pero la derecha, la dictadura militar, impedía el acceso al gobierno, hoy, el 15 de marzo, a diferencia de la década de los 70, me refiero a 1972, y a 1977, hoy el partido de derecha, ARENA, reconoció inmediatamente la victoria de la izquierda. Eso es como lo nuevo. No es que sea el 15 de marzo la primera vez que gana la izquierda. No. En 1930, también ganó la izquierda y le fue entregado el gobierno, pero sólo por unos meses. Ahí mismo nació la dictadura militar. Pero igual la izquierda volvió a ganar en la década del 70, sólo que esta vez bajo la dictadura militar, la izquierda ganó las elecciones, pero no llegaba al gobierno. En cambio ahora, la izquierda gana, el partido de derecha reconoce esa victoria y todo parece indicar que el gobierno de Mauricio Funes arribará, o se inaugurará el 1º de junio.

A mí parece que esta victoria electoral pasa por la guerra, o sea, esta victoria electoral es también hija de la guerra, porque la guerra precisamente fue la que apartó aquella dictadura militar que, en diversas ocasiones, impidió, que pese a victorias electorales de la izquierda, la izquierda gobernara. Conviene entonces, para hacerle homenaje a los hechos históricos, y a la lucha del pueblo, reconocer que ese hecho de que ahora se gana, y la derecha reconoce la victoria de la izquierda, pasa por la guerra. Eso es importante. Sin aquella guerra que desalojó del poder a la dictadura militar, sin duda lo que pasó el 15 de marzo, hubiese sucedido de otra manera. Eso como una primera cosa histórica. Entonces, me parece a mí que, igual que en el 30 el factor de la crisis, es un factor también importante, para explicar lo que pasó el 15 de marzo. Por supuesto que no se trata aquí únicamente de la crisis del capitalismo que estamos enfrentando, sino la crisis del modelo neoliberal que después de 20 años en El Salvador y después de todos los impactos sobre amplios sectores de la sociedad, pues también la crisis del modelo neoliberal en El Salvador influyó en lo que ha sucedido, en esa victoria del 15 de marzo. De igual manera hay que reconocer que ya el partido ARENA, y esto como un tercer elemento, después de 20 años de estar en el gobierno había tenido un desgaste, un costo político muy grande. Muchísima gente simpatizante o no del FMLN que estuviese de acuerdo con el programa o no del gobierno del FMLN, estaba dispuesta ya a votar porque ARENA ya no siguiera gobernando. Entonces, aquí se mezclan un montón de factores: las simpatías hacia el Frente eran unas, por supuesto, las simpatías al candidato también, el malestar por las condiciones de vida de amplios sectores de la sociedad, y por supuesto, el desgaste de ARENA después de 20 años. Todo esto, teniendo como base la crisis mundial del capitalismo y el agotamiento del modelo neoliberal en El salvador. Creo yo que éste es como el cuadro, que puede dar idea de por qué sucedió lo oque sucedió el 15 de marzo.

Correlación de fuerzas limitada para la izquierda

DE – Mirando los resultados, 51.3% contra como 48.7%, la verdad es que no es mucha la diferencia, unos 60.000 votos.

FN – Claro, yo creo que si uno compara la cantidad de votos, el porcentaje, la diferencia entre un partido y otro es pequeña, pero sin embargo, la hazaña de haber derrotado a ARENA es muy relevante. Hay que recordar que hace 5 años ARENA ganó por más de 20 puntos al FMLN. O sea, el actual presidente, ganó por 22 ó 23 puntos, por encima del candidato del FMLN. O sea, el FMLN remontó aquellos 23 ó 22 puntos abajo, y todavía logró salir arriba. Entonces, el viraje no es poco. Si se ve desde esa perspectiva, la victoria tiene otra dimensión, si estás tú 22 puntos abajo y sales 3 arriba, has subido 25 puntos. O sea, si uno lo ve desee ahí, le puede ver otro significado a este hecho. No es poca cosa. Pero además, aunque hubiese sido… tú tienes razón en el sentido de las correlaciones y los márgenes que han resultado después del 15 de marzo. No son tan abultados los márgenes. Pero eso tiene que ver con otra cosa, aunque este resultado hubiese sido más grande, más fuerte, hay que decir que nosotros hemos tenido este año, el país ha tenido este año tres elecciones; la de alcaldes, la de diputados y las presidenciales. Y el resultado de las elecciones de alcaldes y diputados deja una correlación de fuerzas, bastante limitada para la izquierda, para la izquierda. Por ejemplo, en las elecciones para alcaldes, ARENA logró ganar la capital y como 120 municipios. El FMLN tiene menos municipios, aunque tiene muchos muy importantes

DE - Aumentó bastante. . .

FN – Aumentó 25 alcaldías más, o sea, el Frente está cerca de 100, pero ARENA tiene 120 y se llevó la capital. Entonces, la capital tiene un valor simbólico, pero además, políticamente es muy importante, como para hacer contrapeso, si esa fuera la decisión de la derecha, para hacer contrapeso al gobierno central. Lo que habrá que ver es si tiene la voluntad de enfrentar al gobierno central o no, eso es parte de otro punto de análisis. Pero igual, en la elección de diputados, la derecha sacó mayoría, el FMLN sacó más diputados que ARENA y más votos que ARENA, pero si uno suma los diputados que sacó la derecha en su conjunto, son más que los del FMLN. De esa forma, de esa manera, hay que decir que controlando la capital y enrolando la Asamblea Legislativa por el lado de la derecha, ya la situación de maniobra y las correlaciones se ponen difíciles para el ejecutivo, porque a partir de la Asamblea Legislativa se elige el órgano judicial, la Corte Suprema de Justicia, y se elige al procurador de Derechos Humanos, se elige al Tribunal Supremo Electoral, etc., o sea, la derecha tiene cómo cercar, por decirlo así, si ésta fuera su decisión, cercar al nuevo gobierno. Más allá de la cantidad de votos, eso quiero explicar. Aunque hubieran sido 300.000 ya la derecha se había asegurado ciertas correlaciones, en las otras dos alcaldías que ponían de alguna manera en dificultades la capacidad de maniobra para el FMLN y para el gobierno de Funes.

“FMLN ganó las elecciones pero no el gobierno”

DE – Mauricio Funes ha declarado que las dos tareas más priorizadas en su gobierno van a ser enfrentar la inseguridad y la crisis económica por lo menos para los más pobres y más vulnerados por la crisis. ¿Cuál es tú análisis sobre el programa de gobierno que tiene? ¿Va a tener éxito?

FN – Yo creo que, para ahondar un poco más sobre el tema del resultado electoral, conviene hacer algunas reflexiones iniciales que por supuesto son reflexiones que habrá que ir confrontando con los hechos, con la vida, pero a pocas semanas del resultado del 15 de marzo puedo adelantar algunas cosas para la discusión, sin ánimo de poner estas ideas como conclusiones definitivas y lapidarias no, sino como aporte del debate que hay que abrirlo, creo yo, porque el pueblo debe identificar qué tipo de gobierno, cuál es su naturaleza, para poder situarse frente al gobierno, ya sea para respaldarlo, para exigirle, qué sé yo, pero es importante. Entonces, en ese ánimo, quiero dar algunas pistas para la discusión. Primero, esta es la primera, el FMLN ganó las elecciones, pero pareciera que no ha ganado el gobierno.

Es cierto que el presidente electo, por cuestión de ley, tuvo que afiliarse al partido, pero él nunca fue del FMLN, nunca fue del FMLN. A todas luces hay ahí una diferencia que habrá que ver cómo se desenvuelve en los próximos meses. Por ejemplo, da la impresión ahora de que el FMLN tendrá una parte, pero no será el que defina el rumbo y la naturaleza del gobierno, sino el presidente y la fuerza política que lo acompaña, que es un grupo que surgió y se desarrolló en el marco de la campaña, y que ahora tiene mucha influencia sobre lo que puede hacer o no hacer, el candidato, ahora presidente electo. Entonces, esa es como una idea para aproximarnos a lo que puede ser la naturaleza del gobierno, el tipo de gobierno, es decir ¿será éste un gobierno del FMLN? Yo creo que no, es un gobierno del presidente, de Mauricio Funes. Por supuesto, el FMLN será el partido de gobierno, porque ganó las elecciones…

DE –… el soporte…

FN - … pero no me parece a mí que será el que decida las políticas, creo que no. La segunda cosa, ¿el gobierno de Mauricio Funes, será un gobierno de izquierda? Esa me parece a mí que es otra cuestión que hay que tratar de definir, pues él ha hablado de que es un gobierno de izquierda, sin embargo él a su gobierno lo califica de que es un gobierno de unidad nacional. Y entonces un gobierno de unidad nacional, no puede ser un gobierno de izquierda, deberá ser mucho más plural, pero además, si uno se da cuenta de que en este país, nunca ha habido una nación sino que el concepto de nación ha sido utilizado por grupos de poder que se han hecho, además, como propietarios del concepto de nación y ellos siempre han sido los que han pretendido ser los representantes de la nación, entonces cuando en este país se habla de un gobierno nacional, de unidad nacional, podría parecer aquello como un gobierno de los diversos sectores oligárquicos de los grupos de poder. Ese es un aspecto que también hay que reflexionar, a mi juicio, a pesar de que el presidente electo habla de que será un gobierno de izquierda, cuando se habla de un gobierno de unidad nacional ahí hay algunas dudas, por lo menos, a nivel teórico. Habrá que resolver qué es nación en este país ¿habrá nación en El Salvador, verdad? ¿Si es un gobierno de unidad nacional, podrá ser de izquierda?

No está en cuestión el modelo

Yo creo que eso está por verse, eso habrá que discutirlo. Hay otros compañeros, otros amigos, especialmente de base del FMLN que prácticamente consideraban que una victoria del 15 de marzo podía ser una victoria revolucionaria, una victoria de la revolución, pero parece que ni será éste un gobierno revolucionario, ni será un gobierno del FMLN, ni será un gobierno de izquierda. Yo me atrevería a poner estas reflexiones para que la vida, las confirme o las rechace. Pero en todo caso, creo yo, que conviene escudriñar un poco frente a qué fenómeno estamos. Ahora bien, aquí hay como un entendido, desde la izquierda hasta la derecha, de que nosotros hemos tenido un gobierno neoliberal, en el país, tanto los sectores empresariales, los sectores oligárquicos, como las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, definen el actual gobierno, como un gobierno neoliberal, eso a partir de qué, de que han aplicado desde hace 20 años políticas neoliberales, desde una perspectiva muy doctrinaria y además, muy salvaje y cruel. Como hemos dicho nosotros varias veces, aquí se han aplicado las políticas neoliberales sin anestesia, descargando todo el peso de esas medida contra las espaldas de las mayorías, entonces, aquí resulta un aspecto que vale la pena destacar. Los asesores del actual presidente electo, algunos dirigentes del partido FMLN, han insistido en que en este gobierno que va a tomar posesión el 1º de junio, no está en cuestión el modelo, que el modelo no se va a cambiar …

DE – Mejor dicho, lo bueno de este gobierno lo vamos a preservar, lo que no es bueno lo vamos a cambiar, ¿algo así?

FN - Pero han dicho que el modelo no se cambia, no se cambia. Van a haber cambios de algunas políticas, pero el modelo no está en discusión. Y lo han dicho claramente. Hay cantidades de entrevistas que confirman lo que yo estoy planteando acá.

DE - ¿La estructura de la sociedad salvadoreña va a quedar intacta?

FN - Dicho de otra manera, y aquí aparece también otro tema de reflexión. Si no se va a cambiar el modelo, entonces ¿el próximo gobierno también será neoliberal? Yo creo que conviene ir incluyendo en el debate estas reflexiones. No estoy afirmando que será neoliberal, pero durante la campaña y ahora después del resultado electoral, si tú revisas, cantidad de declaraciones que ha habido, el modelo sigue en pie. Pero mucho antes, mucho antes, ya el gobierno, candidato de aquella época, ya ha afirmado, en repetidas oportunidades, que aquí se mantiene la dolarización, que aquí se mantienen las privatizaciones, que hay que olvidarse de nacionalizar entes que fueron del Estado y que ahora están en manos privadas, que se mantiene la base militar estadounidense, en fin los aspectos centrales que fueron asumidos durante varios años como banderas de lucha por los movimientos sociales, o sea, la lucha contra los Tratados de Libre Comercio, las luchas porque salga la base militar estadounidense, la pelea contra el dólar, todas éstas que han sido banderas del movimiento popular, son apartadas del gobierno que viene, a partir de junio, lo dijeron claramente, eso no se toca, las privatizaciones se respetarán, la empresa privada no debe temer, en fin, los puntos centrales, que son a la vez parte del modelo neoliberal, están garantizados en el discurso, pero también en el programa escrito del gobierno que está por llegar el 1º de junio

¿Lula mentor para Funes?

DE - Se han tratado en la guerra psicológica, en la guerra propagandística contra la campaña electoral de Funes y del FMLN, diciendo que el verdadero amigo de Funes es Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, y han armado incluso unas organizaciones fachadas de ARENA publicando afiches muy grandes que son en parte contra la campaña de Funes y del FMLN. Y él (Funes) ha rechazado todo ese tipo de señalamientos. Se ha hablado mucho de que Lula tiene una gran influencia en Mauricio Funes. ¿Qué perspectiva tiene Usted sobre eso y qué significa ALBA, Petrocaribe y la integración centroamericana, cuyo mapa político hoy en día es bastante diferente que hace unos cuatro o cinco años para FMLN y los movimientos sociales?

FN – Yo he adelantado en las reflexiones que te hablé del tipo de gobierno, si va a ser neoliberal, o si no va a ser neoliberal, si es de izquierda o no, porque creo que hay que reflexionar en la esencia del fenómeno, del fenómeno en que estamos situados. Pero no tratamos para nada de restarle méritos a la victoria electoral del 15 de marzo. Nosotros hemos sido parte de esa victoria, desde el movimiento social hemos acompañado la lucha por sacar a ARENA del gobierno. Por eso aclaro, hemos trabajado en eso…

DE - … ¿Había un grandísimo acto de 300.000 personas en la clausura de la campaña electoral también?

FN – Es una muestra eso, había una movilización auspiciada por el FMLN, pero por supuesto, acompañada desde los movimientos sociales ¡claro que sí! Pero además de esas actividades hubo otras a lo largo de la campaña. A mí me parece que esta no es una victoria del FMLN pura, sino una victoria de las mayorías que hicieron, dentro de la campaña, fuera de la campaña, con coordinación con el Frente, sin coordinación con el Frente, miles de actividades a lo largo y ancho del país. Esta es una victoria de los comités de base de las iglesias, ésta es una victoria de las organizaciones que han venido luchando, oponiéndose a las represas, oponiéndose a la explotación minera. Ha sido también una victoria de las organizaciones de mujeres, en fin, aquí ha concurrido muchísima gente. Más allá de la campaña electoral había una campaña política de la población. De no haberse involucrado todo ese torrente de fuerzas y de sectores, sin duda, esa posibilidad de remontar, tal como te explicaba, de las elecciones de hace cinco años, 25 puntos de una vez, eso no hubiese sido posible. Entonces, no queremos restarle mérito a esa victoria. Es una victoria importante, muy importante. Y es una victoria de los sectores populares, porque incluso el pueblo pobre que vota por ARENA puede sacar ventaja si el gobierno que se inaugura en los próximos días, hace un gobierno al servicio de los pobres. Entonces, ellos mismos, aunque por razones ideológicas, por su atraso político, por temor, o por lo que sea, a pesar de que hayan votado por ARENA, ellos en definitiva pueden salir ganando, eso creo yo que es importante plantearlo.

Ahora bien, sobre lo que puede hacer ya el gobierno en concreto, porque eso está vinculado a lo que tú preguntas sobre si este gobierno tendrá forma de acercarse a Chávez o se va a mantener más cerca de Lula, o qué sé yo, es importante tomarlo en cuenta. Creo que para explicar lo que tú preguntas, conviene hacer algunas reflexiones. Es que en el marco de la crisis, la crisis económica mundial, EE.UU. ya no es el EE.UU. de hace cinco, diez años. Hace diez años, los presidentes de América Latina desfilaban en la Casa Blanca. La Meca era Washington, pero sucede que si revisamos un poco las noticias de este último año, los últimos dos meses, ha habido más presidentes de América Latina visitando La Habana, que presidentes de América Latina visitando Washington. Esto es importante, no es cualquier cosa. De igual manera, hace diez años, hace quince años, no había forma de comparar la presencia rusa por ejemplo, en América Latina o la presencia china, con la aplastante presencia europea y estadounidense en todos los aspectos de la vida de América Latina. Hoy eso ha cambiado, ha cambiado dramáticamente. EE.UU. ha perdido influencia en América del Sur, pero también ahora en Centroamérica, EE.UU. no tiene las condiciones económicas, ni siquiera militares, para actuar como centro del imperio a nivel global, a nivel planetario, estamos en un nuevo momento. Entonces, eso por supuesto, le impide a Washington imponer sus reglas al nuevo presidente. El presidente entonces tendrá un margen de maniobra importante. ¿No será porque está cuidando las remesas de los salvadoreños? ¡No! Si las remesas están cayendo ya, ¿no será porque quiere salvaguardar los intereses del trabajo y estabilidad de más de dos millones de salvadoreños que viven en los EE.UU. lo que le van a amarrar porque están sacando gente? Aquí cada año están viniendo 20.000, 30.000 personas deportadas. Y hay una persecución feroz, desde antes y después de la llegada del presidente Obama a la presidencia de los EE.UU.. Entonces, no es casualidad que inmediatamente después de la victoria electoral de Mauricio Funes vinieron altos emisarios a visitar, a hablar con Mauricio, pero además, hasta el presidente Obama hizo una llamada telefónica al presidente electo. Eso demuestra la preocupación de Washington de perder una plaza, una plaza que es de las pocas que le están quedando en América Latina, aparte de México, Colombia, un poco Perú, El Salvador, ya no tiene mucho. Salieron desesperados, corriendo, a tratar de mediatizar, digo yo, para tratar de evitar que este gobierno pueda distanciarse de EE.UU.. Es, creo yo, que es la preocupación principal. Pero, bien, incluso esos emisarios de la Casa Blanca hablaron con el presidente electo, diciéndole, no nos preocupa que se relacione con Venezuela, que se relacione con Brasil no nos preocupa, lo que nos preocuparía es el distanciamiento de EE.UU.. ¿Por qué están planteadas así las cosas? Porque el poder de Washington ya no es el mismo en Centroamérica y en América Latina. Yo creo que eso tiene que ver con los nuevos tiempos. Entonces, por supuesto que el presidente ya, cuando esté en el ejecutivo, va a tener que decidir si continúa el modelo neoliberal, si va a continuar dependiendo políticamente de Washington, si va a asumir una cercanía con Hugo Chávez, consciente, por supuesto, que si se acerca a Hugo Chávez y se incorpora al ALBA, está saliendo del control de Washington, porque así como no puede ser a nivel interno, presidente de todos los salvadoreños, él ha dicho algo importante, de que va a privilegiar todo su trabajo a los pobres, qué bien, ha hablado de tomar la opción preferencial del obispo Romero, el obispo mártir, eso es bueno, habrá que verlo, pero cuando aparece dándole todas las seguridades al empresariado, pareciera que eso todavía no está muy claro, o que aquí no se puede servirles a los pobres y a los ricos a la vez, eso no puede ser en un país con escasísimos recursos, eso es difícil. Y de igual manera, no se puede estar con Washington y a la vez estar con Hugo Chávez, habrá que optar por uno de los dos caminos, no puede estar a la vez con los ricos y con los pobre simultáneamente, ni con Washington y con Hugo Chávez...

La alternancia y la alternativa

DE - Va a ser difícil si quieren estimular el sector productivo del país y crear nuevas fuentes productivas, no depender justamente de una economía dolarizada y totalmente dependiente del imperio del Norte y al mismo tiempo no tener más o menos las relaciones comerciales que tiene hasta Honduras, hoy con Venezuela, que tiene mucho más Nicaragua que le ha favorecido muchísimo las relaciones con Venezuela, sobre todo la agricultura nicaragüense. Pero si no quiere tener esas relaciones entonces, ¿cuál va a ser la respuesta para aumentar el sector productivo?

FN – A mí me parece que en este aspecto que tú comentas, podemos como traer a la reflexión, el tema de la alternancia y de la alternativa. Es que sucede que la alternancia y la alternativa tienen que ver con el resultado del 15 de marzo. Los sectores poderosos, los sectores oligárquicos están empeñados en que el gobierno de Mauricio Funes, sea el gobierno que inaugure la alternancia en el país. Pero los sectores populares no están interesados en la alternancia

DE - … o sea, están en una advertencia contra el bipartidismo…

FN - ¡Claro! Los sectores populares, te digo, no están interesados en una alternancia, porque la alternancia significaría que no hay cambio, sino recambio, significa que los cambios que se den, van a servir para que todo sigua igual, para que el modelo y el sistema, sigan vigentes. Pero ya sabemos que ese modelo y ese sistema son excluyentes. Entonces, los excluidos no están interesados en la alternancia, están interesados en la alternativa. Por supuesto que el déficit de democracia capitalista, de siempre ha sido señalado para El Salvador es que no había alternancia. Pero la alternancia nos remite a otro tema, el tema del bipartidismo, y el bipartidismo significa que los partidos que se enfrentan en las elecciones, ya no tienen proyectos distintos sino que son partidos de la misma clase gobernante, de manera que ahí se borra la diferencia entre izquierda y derecha, y surgen otros conceptos, aparece el partido de gobierno y el partido de oposición.

DE - ¿El FMLN sería capaz de entrar en un proceso así?

FN – pues esa es la pretensión de los sectores del capital, hacer del FMLN un partido totalmente sistémico…

DE - ¿Más o menos como COPEI y Acción Democrática durante 40 años en Venezuela?

FN – Como lo que sucedió en Costa Rica, como lo que sucedió durante muchos años en Venezuela, como lo que sucede ahora en República Dominicana, donde hay una alternancia en el subdesarrollo, en el atraso, en la pobreza, pero funciona. Además este es el esquema en que por supuesto están trabajando los grandes capitalistas, eso explica el por qué están tendiendo puentes, están tratando de cooptar al nuevo gobierno, desde el mismo día de los resultados electorales, las felicitaciones vinieron de diversos sectores de la burguesía para el nuevo presidente electo. Y en todos los periódicos de estos días se hace ver ese esfuerzo, de cómo logran mantener las políticas del nuevo gobierno en el marco de los intereses del gran capital, por supuesto que al gran capital le interesa que haya reformas para modernizar el sistema político, hay que hacer una reforma electoral, hay combatir la corrupción, esto está exigiendo la cooperación internacional, lo está haciendo el Banco Mundial, en fin, hay muchas cosas que pueden hacerse dentro del sistema, pero para que el sistema funcione mejor, pero para que los capitalistas sigan haciendo muchísimo más dinero. Entonces, lo que tenemos de aquí en adelante es, por supuesto, un enfrentamiento entre los que están a favor de la alternancia y el pueblo y los movimientos populares que han venido luchando no por una alternancia, sino por una alternativa. De manera tal, que ese gobierno tiene la oportunidad del que inaugura un proceso de alternancia burguesa, capitalista, neoliberal, o el que opta por un camino distinto y de esa forma tendrá que ir necesariamente al encuentro de esos otros caminos que están buscando otros pueblos en América Latina, especialmente en América del Sur. No hay otra forma de hacer las cosas, en el mundo de hoy, en América Latina

Los movimientos sociales no van a quedarse con brazos cruzados

DE – Los movimientos sociales que han jugado un papel, no solamente en esta campaña electoral como tú mencionaste, sino durante muchos años, ¿va a quedarse con los brazos cruzados esperando así no más que pueda llegar un bipartidismo para frenar los cambios estructurales que han exigido durante tantos años?

FN – La pregunta es muy importante, y me permite plantear una cuestión. Mira, el día 15 de marzo hubo una celebración masiva de parte del FMLN, de sus militantes, de sus activistas. El pueblo, sin embargo, no celebró. Había alegría, por supuesto, pero no hubo ninguna actividad que no fuera la que convocó el FMLN. Cuando yo hablo de que el pueblo no celebró, el pueblo como tal, el más de millón 300.000 votantes que votaron a favor del cambio, que estos no celebraron, traigo a la memoria cuando se firmaron los acuerdos de paz, fueron miles, cientos de miles de personas que mostraban concentrándose en la plaza principal de este país, en la Plaza Cívica, para celebrar la victoria de la paz por encima de la guerra, en medio de centenares de guerrilleros que incluso con sus uniformes, estaban en la Plaza Cívica. Esa es una celebración popular, hoy no hubo, hubo celebración de la militancia, y esto me parece a mí que demuestra una gran madurez política del pueblo, eso significa que el pueblo está en una situación de esperanza expectante, la gente está esperando, quiere ver cómo se van a ir definiendo las cosas en los próximos meses. Pero sin duda los movimientos sociales están en su interior discutiendo, reflexionando, algunos ya están fijando posiciones. Y la posición más o menos, es la siguiente: estamos con el gobierno de Funes, vamos a apoyarlo, vamos a defenderlo, pero queremos cambios, queremos soluciones a nuestras demandas, queremos soluciones a nuestras reivindicaciones. Y todo esto, hay que decirlo, en un momento en que estamos entrando ya a los momentos más difíciles como resultado de los impactos de la crisis mundial. La economía está mostrando serios quebrantamientos, serios quebrantos en el modelo de economía que descansa sobre la emigración y las remesas está quebrado, están disminuyendo las exportaciones, están disminuyendo las importaciones, la recolección de los impuestos por parte del gobierno ha disminuido, el gobierno ya no puede continuar sosteniendo los subsidios y todo el escenario económico está para que la situación de las mayorías empeore, entonces, si hay un empeoramiento de las condiciones de vida de las mayorías, por supuesto habrá sin duda elevamiento de la cantidad y calidad de la movilización y de la organización popular. Yo estoy convencido que este gobierno que viene, va a ser un gobierno lleno, cargado de turbulencias. A mí me parece, y por esto el movimiento popular, el movimiento que se incorporó a la lucha electoral, a la campaña electoral, esperando que derrotando a ARENA se creaba un nuevo escenario, se rompía esa inercia que traíamos ya hace 20 años, Y no nos equivocamos, hay un momento nuevo, la dinámica política se ha acelerado. Dicho de otra manera, la lucha de clases se está intensificando. Es un momento difícil para el capitalismo mundial, difícil par la economía del país y difícil por supuesto para los pueblos. Pero también pletórico de esperanzas, de nuevos caminos, de nuevas búsquedas. Entonces, creo yo que el escenario que ahora tenemos va a, como citando a Lenin, estamos dejando los tiempos de a pié y la sociedad se encarama a la locomotora. Los tiempos, las dinámicas sociales, políticas, económicas, se están acelerando, eso es importantísimo, creo yo que eso generará nuevos ambientes, nuevos caminos, y por supuesto nuevas búsquedas y mucha confrontación. La lucha de clases habrá, ahora, salido de la oscuridad y aparecerá a la luz del día a todo color, a todo color, y por supuesto a color de pueblo.

EN AUDIO: http://www.box.net/shared/ff5p2gm2ov

EL SALVADOR (3): ¿De las remesas familiares a una economía productiva?


EL SALVADOR ANTE UNA NUEVA SITUACIÓN ECONÓMICA Y NUEVO GOBIERNO POPULAR:
Entrevista a RAÚL MORENO sobre la perspectiva para la economía salvadoreña


Raúl Moreno es coordinador del área de investigación del Instituto FESPAD, profesor de Economía en la universidad de El Salvador. Con él conversamos acerca lo que fue el modelo económico bajo la batuta de los gobiernos de Arena y las inmensas tareas que tiene el nuevo gobierno de Mauricio Funes para satisfacer las enormes expectativas y necesidades que tiene el pueblo salvadoreño en medio de una crisis del capitalismo mundial, encabezado principalmente por los EE.UU., crisis que afecta duramente a Centroamérica y México por las remesas enviadas desde la zona norteamericana.

Por Dick Emanuelsson
Un agradecimiento especial a Marialuisa Atienza por la trascripción de los reportajes de El Salvador

Dick Emanuelsson (DE: Primero que nada, muchísimas gracias por atendernos y yo quisiera comenzar esta entrevista con algo que dijo Shafick Handal cuando él vino a Suecia hace unos años y decía, a propósito de la economía neoliberal del gobierno de ARENA, que era como un burro amarrado con un tigre suelto y que el estado se había convertido solamente en una oficina administrativa, porque prácticamente todo había sido privatizado

-¿En qué situación se encuentra hoy en día El Salvador porque se han hecho más privatizaciones desde las declaraciones de Handal y cuáles son realmente las perspectivas para un nuevo gobierno de poder enfrentarse a este modelo?


Raúl Moreno (RM):– Veinte años de políticas neoliberales han generado transformaciones hondas, profundas, no sólo en la estructura económica salvadoreña, sino en la concepción misma del Estado salvadoreño. En 20 años de políticas neoliberales el patrón de concentración del capital en El Salvador se transformó radicalmente. Antes de la década de los 90, la principal rama de la actividad económica era la agro-exportación. Hubo un proceso galopante de reformas económicas jurídicas, institucionales, en el país que trasladaron el eje de acumulación del sector agropecuario a la industria maquiladora durante un período y posteriormente a los servicios. La economía salvadoreña es ahora una típica economía tercerizada, una economía de servicios, en donde la rama del comercio, del turismo, de los hoteles y restaurantes, ocupa el primer renglón en importancia del producto interno bruto. La última administración, los últimos cuatro años, la economía salvadoreña se está transformando hacia una economía de servicios, pero principalmente en apoyo logístico al funcionamiento de las corporaciones transnacionales. Se ve a El Salvador como un centro a partir del cual podamos tener núcleos de almacenaje, administración de puertos, de aeropuertos, apoyo al comercio, apoyo al proceso de industrialización que se lleva en otros países, pero que se transa en la región de Centroamérica. De hecho hay un proyecto importante que es la construcción de un canal seco interoceánico, entre el puerto de Cutuco y el puerto Cortés, Pacífico-Atlántico…

DE – … entre El Salvador y Honduras…

RM - … El Salvador y Honduras que permita el abaratamiento de los costos del transporte, de los fletes en el traslado de las mercancías. Y esto en el marco de un escenario multipolar en lo económico, en donde hay tres bloques económicos que disputan, no sólo el control de los mercados, sino el control de los recursos naturales, Asia en el Pacífico, Europa en el Atlántico y las Américas desde Tierra del Fuego hasta el Ártico. Entonces, la economía salvadoreña se ha configurado desde esa perspectiva, en convertirse en una economía de servicios y servicios de apoyo logístico al capital corporativo. Pero también vale decir que en 20 años el aparato productivo salvadoreño se ha ido desestructurando, la economía salvadoreña dejó de sostenerse como principal fuente en la generación de sus divisas en nuestras exportaciones. Y ahora la principal fuente de divisas en la economía salvadoreña son las remesas familiares, es el esfuerzo de un grupo importante de salvadoreño y salvadoreñas que han sido excluidos, laboral y socialmente por el sistema económico, y que tienen que desplazarse a otro país en busca de oportunidades y que no tienen un sacrifico que tiene una relevancia macro y micro económica, impactante en este país. Macro-económicamente las remesas familiares son el principal renglón en la generación de divisas, por encima del valor de las exportaciones exceptuando la maquila, por encima de la recaudación del IVA que es el principal impuesto tributario, ingreso tributario, que se tiene en el país, por encima del presupuesto general de la nación, muy por encima, miles de veces por encima, del valor de la inversión extranjera directa en el ultimo año. Es un monto que supera los 3.800 millones de dólares por año, y para lo cual, el gobierno lo único que tiene que hacer es mantener políticas económicas excluyentes.

El cambio de la función del Estado

Ahora, micro-económicamente también las remesas familiares tienen un papel fundamental, porque es el ingreso que perciben un 25% de los hogares salvadoreños y en un monto que más o menos, oscila al valor del salario mínimo urbano de la maquila, unos 165, 170 dólares al mes por familia, es receptora de remesas familiares. Pero creo que es importante decirlo, 20 años de políticas neoliberales, también modificaron el rol, las funciones, del Estado, la función del Estado como un ente que debería de buscar la persecución del desarrollo, desaparece, y muchas de las funciones económicas clásicas y básicas de cualquier Estado, como la provisión de los servicios públicos fundamentales, cuyo acceso, constituyen derechos inalienables de las personas, el Estado salvadoreño prontamente fue desprendiéndose, a través de un proceso de privatización de los servicios públicos y de los activos del Estado, del control de esa área que es estratégica en cualquier Estado. Y prontamente vinieron a este país corporaciones transnacionales europeas, como por ejemplo La Telefónica de España, como Telemóvil, e hicieron suyo esa piñata que se hizo con los activos públicos y con las empresas del Estado. Con una situación agravante, es que no solamente adquirieron los activos del Estado a precios irrisorios, cuyas inversiones se pudieron rentabilizar al cabo de un par de años, lo que además de controlar los activos del Estado, controlaron un segmento del mercado cautivo, que serán todos los clientes, todos los usuarios del sistema público de los servicios, entonces proveídos por el Estado y además, en régimen de monopolio. Esa situación, entonces, fue erosionando la calidad de vida de los salvadoreños y salvadoreñas, que tuvieron que adquirir servicios públicos, ahora proveídos por empresas transnacionales privadas, en régimen de monopolio u oligopolio, a precios sensiblemente mucho más altos.

El achicamiento y la satanización del Estado

Pero hay un aspecto también fundamental en estas reformas y es el achicamiento del Estado, desde las tesis neoliberales, que tienen sobre todo una fundamentación ideológica más que una fundamentación teórica económica, la idea es la satanización del Estado, la satanización de la gestión pública, frente a la sacralización de la iniciativa privada. Entonces, el Estado fue progresivamente desregulando, liberalizando, áreas importantes, como el comercio exterior. Este país entró en un proceso muy acelerado de desgravación arancelaria, unilateral, sin que nadie nos lo pidiera. Y se desmontaron los aranceles, se abrió la economía salvadoreña con un agravante, que muchos de los productos importados eran subsidiados en sus países de origen y con un tratamiento preferencial en materia arancelaria y con precios subsidiados. Eso llevó a la quiebra de la producción doméstica, al desplazamiento de la producción nacional por la importación, porque era realmente imposible competir con estos precios tan bajos, no sólo por ser subsidiados, sino porque también tenían un tratamiento arancelario de privilegio. Esto entonces, largó en el campo, en la zona rural del país, la quiebra del agro prácticamente, no únicamente como consecuencia de la apertura comercial, porque hubo otros factores que están relacionados con las reformas neoliberales que se aplicaron en este país, como por ejemplo, el que la Banca sesgara el destino del crédito hacia actividades más de comercio y de crédito personal, que actividades productivas como las agropecuarias. Tenía que ver también con una política cambiaria que fijó el tipo de cambio, después en un proceso de flotación sucia y después llegó a una fase de dolarización de la economía y que va en perjuicio de la competitividad en precios de los productos agropecuarios. Y también el desmantelamiento de algunas instituciones públicas que operaban en la parte de fomento y asistencia técnica en el sector agropecuario.

Enriquecimiento de familiares empresariales

Pero a mí no me cabe ninguna duda que las políticas de apertura comercial, conllevaron a profundizar la quiebra del agro salvadoreño. Y entonces, ahí hay un proceso de empobrecimiento creciente en la zona rural, pero también como contracara a esto, un proceso de enriquecimiento que se da en núcleos familiares empresariales vinculados a los servicios financieros que fueron prontamente enriqueciéndose en este proceso en que el patrón de acumulación se desplaza de la agro-exportación a una economía de servicios. Y ahí también aparecieron empresas importadoras, vinculadas a los grupos empresariales familiares que se beneficiaron con la quiebra del agro, porque en el caso del arroz, hay que decirlo, que después de tres años de TLC, tres años de CAFTA, tenemos prácticamente quebrado el sector agropecuario lo cual profundiza aún más la crisis que se había gestado en los años previos de políticas neoliberales. La demanda nacional del arroz tiene 90% de importación y un escaso 10% se produce nacionalmente…

DE - ¿cómo era antes?

RM – Antes del proceso de apertura comercial en El Salvador teníamos prácticamente capacidad de autoabastecernos de la producción de arroz, ha sido en el marco de las políticas neoliberales que progresivamente se ha ido deslizando. Esa perdida de soberanía alimentaria de nuestro país, de nuestra economía, y ha ido creciendo, antes del TLC andaba en torno del 80% la dependencia agroalimentaria, pero ahora en los últimos años se ha profundizado aún más. Entonces, vale decir que esas reformas económicas, jurídicas e institucionales, también debilitaron el papel del Estado en la regulación, y uno de los puntos tiene que ver con la apertura comercial, pero también está relacionado con la liberalización de las tasas de interés. Antes, el Banco Central, a través de una junta monetaria, cautelaba el precio del capital, de la tasa de interés. La visión neoliberal que sacraliza la iniciativa privada y que cree, en fe ciega, en las ventajas y bondades del mercado, desreguló esto, de manera que es a través de los mercados oligopolios, financieros, controlados en el país por cuatro Bancos, que son los mismos cuatro bancos, sólo que ahora de capital corporativo transnacional, manejaban las tasas de interés, era un mercado oligopolio, que tenía a la base, dos Bancos que eran los más poderosos, el Banco Cuscatlán y el Banco Agrícola Comercial que fijaban las tasas de interés y el resto de los Bancos seguían. Pero también se liberalizaron los precios, no sólo los precios de la canasta básica alimentaria, sino el resto de precios de la economía, incluyendo el precio de la fuerza de trabajo, el salario.

El excedente bruto de explotación del valor agregado

La flexibilización del mercado laboral, también es otra de las reformas que se aplican en este país y desde luego esta medida conlleva inequívocamente la obtención de mayores niveles de beneficio por parte de los empresarios, en la medida en que la obtención de la plusvalía relativa se incrementa. Entonces ese es, digamos, como un escenario general, en donde el papel del Estado se ve reducido, se repliega, que sea el pié, no la mano, el pié invisible del merado el que regula este funcionamiento y sabemos que el mercado es un ente absolutamente incapaz de poder mirar más allá de la marginación de beneficios. De ahí, entonces, que valga la pena decir que en 20 años también se configuró un sistema económico que tiene dos características, es muy eficiente para generar exclusión y empobrecimiento. El sistema económico salvadoreño que se ha larvado en 20 años, es una maquinaria perfecta, es un relojito suizo para generar empobrecimiento y exclusión. Y a la base de esa situación es como se puede explicar el fenómeno migratorio. La economía salvadoreña reparte muy desigualmente el excedente económico que genera. Cifras del Banco Central de Reserva indican que del 100% del valor agregado nacional, 62%, es excedente bruto de explotación, 62% es ganancia de los empresarios, que se repartirá entre unas 175.000 empresas, de las cuales 320 son de 200 y más trabajadores y trabajadoras. O sea, que ese 62% se reparte muy desigualmente entre el universo de empresas de este país. Pero que el 32% se destinan a la remuneración de los trabajadores y trabajadoras, que serán unos 2 millones 500.000 personas que configuran la población económicamente activa. Esa situación de desigualdad en el reparto del excedente se hace más concentrada en alguna rama de la actividad, como por ejemplo refinerías de azúcar, en donde el excedente bruto de explotación alcanza el 92% del valor agregado. El caso, por ejemplo, de telecomunicaciones, el caso de hoteles, el caso de transporte, o el caso, por ejemplo, de minería, en donde los excedentes brutos de explotación superan el promedio nacional del 62%. O sea, es una economía que en su alma, en su esencia genera una enorme disparidad a la hora de repartir el excedente que genera, que produce.

Veinte por ciento de las familias concentran más del 60% de los ingresos


Hay otro dato que es fundamental, si analizamos la distribución de las familias por el nivel de ingreso que concentran, el 20% de las familias más ricas, concentran más del 60% de los ingresos y activos del país, frente al 20% más pobre que concentrará menos del 2% de los ingresos y activos del país. El coeficiente de Gini para El Salvador es de 0.54, lo cual nos ubica entre los países más desiguales de América Latina, que así mismo es la región más desigual del planeta tierra. Y creo que también vale la pena decir que la economía salvadoreña en 20 años no ha podido romper un patrón de crecimiento o un patrón de acumulación recesiva. Hay un patrón de comportamiento decreciente en las tasas de crecimiento de variación del PIB real de la economía salvadoreña y es el producto de que el motor del crecimiento de la economía salvadoreña no se ubica dentro, sino que se ubica en las remesas familiares, por la vía del consumo. Si pensamos en la ecuación básica de PIB como consumo+inversión+gasto+ importaciones-importaciones, el componente más dinámico del PIB es el consumo y se potencia, se acelera, se empuja, a través de las remesas familiares. Entonces, también podríamos decir que la economía salvadoreña tiene esos bajísimos niveles de crecimiento en su actividad económica, y lo hace a costa de los recursos naturales y del medio ambiente. Tenemos uno de los pobres puestos en el ranking de deforestación y contaminación, lo que compartimos con Haití, en El Salvador. Entones, ese escaso crecimiento de la economía salvadoreña si pudiéramos pensar en un sistema de cuentas satelitales o de cuentas verdes y descontarle la depreciación del capital natural, sin duda que tendríamos tasas de variación negativas. Eso es, entonces, en general, la herencia de 20 años de políticas neoliberales, con un sector público no financiero, las cuentas del Estado en total quiebra, como se ha hecho público el día de ayer, ya no existe siquiera la capacidad para pagar los subsidios al consumo de electricidad para los hogares que tienen un nivel superior a los 99 kilowats/hora al mes, o sea, hay una clarísima capacidad para generar ingresos públicos superiores al nivel del gasto público que proyectan los gobiernos. Y el otro punto macro-económico que creo que es importante es el tema del comercio. El déficit en balanza comercial es histórico, no se ha podido revertir, lejos de eso se ha profundizado en este período de políticas neoliberales, pese a que uno de los objetivos expresos de los programas de ajuste estructural de las políticas neoliberales, uno de ellos, era viabilizar la balanza de pagos. Eso no se ha podido dar. Tres años de CAFTA nos sitúa ahora con un saldo mucho más deficitario de lo que teníamos antes de la firma del TLC en 2005 con los EE.UU., y también ha modificado la configuración de nuestra estructura de importaciones, ya no sólo importamos aceite diesel, ya no sólo importamos teléfonos celulares, ya no sólo importamos equipo, sino que ahora importamos arroz, maíz y granos básicos, que antes del CAFTA, podíamos producir en este país.

El aliado histórico EE.UU. se encuentra en recesión

DE – Se dice que El Salvador es uno de los países más dependientes de los EE.UU. y ya no solamente la divisa es dólar. Hoy se va a reunir en Managua el SICA, Sistema de Integración de Centroamérica, y van a preparar la visita del nuevo vicepresidente de EE.UU. Joe Biden que va a llegar a la región como una visita, primera visita al exterior. ¿Qué recomendaciones haría usted al SICA, los países centroamericanos, porque el mapa político de Centroamérica se ha cambiado bastante, en una forma bastante interesante en los últimos años, con nuevas elecciones, con nuevos gobiernos, con gobiernos como ARENA han perdido terreno y hay un movimiento progresista que está a la ofensiva, pero qué tipo de consejo daría Usted a los diferentes gobiernos para recibir como un conjunto al vicepresidente de EE.UU.?

RM – Yo creo que el escenario internacional actual nos debe de mover a la reflexión sobre el fracaso de un modelo neoliberal y la debilidad de un sistema capitalista que en este momento se encuentra no sólo frente a una crisis financiera de una magnitud desproporcionada, sino ante una recesión económica y a una depresión económica, que según muchas personas entendidas, se trata de una caída en picada, con una depresión prolongada dibujando una L. Éste creo que es el momento para repensarnos y para repensar la economía y las relaciones internacionales. Ciertamente El Salvador y Centroamérica tienen una enorme dependencia de la economía estadounidense, pero mucho más la economía salvadoreña. No sólo porque es una economía dolarizada, no sólo porque es una economía cuya política monetaria, cuya política cambiaria, cuya moneda está determinada por el gobierno de los EE.UU., sin pensar en la economía salvadoreña, no sólo porque no tenemos un Banco Central, el Banco Central de Reserva de El Salvador está en Washington, está en la FED, no está en El Salvador. Pero no sólo por eso tenemos una enorme dependencia de los EE.UU., no porque EE.UU. sea el principal socio comercial de El Salvador, más del sesenta y pico por ciento de las exportaciones nuestras tienen como destino ese país del Norte, y más del 50% de nuestras importaciones vienen de EE.UU., o sea que una economía que actualmente se encuentra en recesión, que actualmente está con tasas negativas de crecimiento de su actividad económica, que ha contraído su demanda, que tiene problemas de empleo, que están quebrando sus empresas, de la construcción de los servicios, de la industria incluso la industria automotriz, es nuestro principal destino comercial. Entonces, ahí tenemos una implicación que hay que tenerla ahora presente y es que por la vía del comercio, por la vía de nuestra balanza comercial, vamos a tener una afectación honda en El Salvador. La exportación constituye un elemento fundamental en la conformación del producto interno bruto de cualquier país, y en la medida de que las exportaciones de El Salvador se reduzcan hacia EE.UU., hay una contracción del producto interno bruto de este país y eso significa menos empleo y eso significa profundizar las ya precarias situaciones de empleo que existen en el país. Pero no sólo por la dependencia comercial, buena parte de la inversión extranjera directa en El Salvador tiene como origen EE.UU., y eso también tiende a contraerse.

DE - ¿Y qué síntomas de recesión?


RM - ¿En qué sentido, la inversión extranjera directa que se concentra especialmente en actividades maquiladoras, está ubicada en este país y algunas otras empresas que han aprovechado el marco de desregulación que ofrecen los tratados de libre comercio? Pero no sólo ese es el tema, el tema, el más hondo, es que esta economía depende de las remesas familiares, y las remesas familiares vienen de EE.UU. principalmente, y la gente que vive en los EE.UU., los salvadoreños y las salvadoreñas que son la fuente de las remesas, han perdido muchos de ellos sus empleos o van a perderlos, desafortunadamente, han reducido el número de horas que trabajan, entonces, remesan menos a este país. Ya tenemos este año 2008 y los primeros tres meses de 2009, las tasas de variación más bajas que se han registrado en El Salvador en los últimos 15 años, 0% en expectativa para el siguiente año. En ese escenario en que nuestro aliado histórico EE.UU. se encuentra en recesión, en un contexto en que no tenemos nuestra propia moneda ni siquiera una política monetaria o una política cambiaria, como la tienen la infinita cantidad de los países del planeta, porque es absurdo no tenerlo, creo que es fundamental hacerse un replanteamiento. Y el replanteamiento creo que va, justamente, por lo que va el trazo de péndulo de la Historia, saliendo de la depresión de los años 29 y 30, lo que tenemos es la vuelta a una posición en que el Estado recupera parte de sus funciones esenciales. No estamos hablando del socialismo del siglo XXI, estamos hablando de retomar el esquema que inicialmente el camarada Keynes ahora viene a ser revolucionario, en este momento en que CityBank, que es un símbolo, un icono, del capitalismo financiero, es empresa pública, en este momento en que las empresas más grandes del mundo son empresas del Estado. Era inaudito hace un par de años hablar de nacionalización, sólo los dinosaurios podían hablar de eso. Ahora resulta que esa es la práctica y que Ford y que Chrysler y que General Motors necesitan que el Estado les inyecte recursos. Eso nos debe hacer replantearnos las cosas.

“La integración no es una solución al problema”


Ahora, creo que desde Centroamérica, el SICA que es el Sistema de Integración Centroamericano, es una de las instituciones que gozan de menos credibilidad en la región. Centroamérica ha sido una de las regiones del mundo en donde han existido más precozmente los intentos integracionistas, que fueron abortados a finales de la década de los 60, principios de los 70, particularmente Centroamérica con una guerra, una guerra entre El Salvador y Honduras dado el posicionamiento de la burguesía salvadoreña en los mercados hondureños y la rivalización que se dio en el marco de una reforma agraria que afectaba población salvadoreña ahí. Pero yo creo que desde Centroamérica es importantísimo pensarnos en una región integrada, y una región integrada no implica únicamente una zona de libre comercio, o una unión aduanera. Una zona integrada pasa por un proceso político, un proceso político que no hemos tenido en este país, y yo soy convencido de que el proceso de integración, otro tipo de integración, no integración desde los gobiernos, sino una integración desde abajo, desde los pueblos, es una de las alternativas que debemos plantearnos en este escenario convulso en que nos encontramos. Lo primero que tenemos que hacer es mirarnos hacia adentro, mirar esa casa que hemos dibujado, esa casa que hemos recibido con 20 años de políticas neoliberales en El Salvador, y tener claridad que la integración puede contribuir, pero la integración no es una solución al problema del desorden de nuestra casa. Tenemos que resolver el desorden de nuestra casa y luego hacer eso, tal vez, de manera complementaria con un proceso de integración, yo creo que hay que replantearse las relaciones internacionales, yo creo que hasta este momento lo que hemos tenido en los gobiernos de EE.UU. ha sido el aprovechamiento a través de mecanismos cada vez más sofisticados para el trasvase de nuestros excedentes económicos. Primero por la vía de los préstamos de ajuste estructural que el Banco Mundial nos daba a través de los préstamos de estabilización económica, que el Fondo Monetario Internacional daba y que eran el mecanismo de condicionalidad para las políticas neoliberales, y ahora, a través de tratados internacionales como el CAFTA o como el que se está queriendo suscribir con la Unión Europea o Acuerdo de Asociación, yo creo que es fundamental desde los gobiernos, hacer un planteamiento de que existen profundas asimetrías entre Centroamérica y esos países, como para negarnos un trato especial y diferenciado en virtud del tamaño y las capacidades de nuestras economías, que necesitamos relaciones de cooperación, que necesitamos relaciones de solidaridad, que la lógica de las relaciones entre los pueblos, debería de plantearse no sólo en términos de generar condiciones óptimas para que las empresas transnacionales de EE.UU. o de Europa vengan a aprovecharse de nuestros recursos naturales. Yo creo que ese es el punto central. ¿Existe conciencia en los gobiernos de esa situación? es una cuestión que creo que… yo tengo mis dudas, pero creo que vale la pena colocar ahí.

Megaproyectos y militarización al servicio de las transnacionales

Hay una estrategia hegemónica, dibujada desde el gobierno Bush para la región, que tiene tres patas. Una de las patas es TLC, Tratado de Libre Comercio, que son instrumentos políticos, con las fuerzas jurídicas, de subordinar los marcos legislativos de nuestros países, incluso, de facto, violan la Constitución de la república, como lo hemos demostrado en El Salvador, aunque la Corte Suprema de Justicia todavía no haya fallado a nuestro favor, ni creo que lo haga. Pero el otro proyecto son los megaproyectos de inversión. Eso sigue, a través de la Corporación de la Cuenta del Milenio, se financia una súper carretera en El Salvador, en la franja norte, que agarra los proyectos de explotación de minería metálica, los proyectos de presas y represas, el corredor interoceánico Cutuco-Puerto Cortés, los proyectos turísticos de montaña, entre otros. Ese es el segundo componente.

Y el tercer componente es la militarización y cómo a través de una presencia cada vez más fuerte, militar, sobre las regiones ricas en recursos naturales. Esta estrategia que tiene como propósito, ya no solo privatizar servicios públicos que todavía faltan por privatizar, sino principalmente controlar nuestros recursos naturales, como punto central de las relaciones internacionales entre los países. Yo no creo que el ‘camarada’ Obama deje esa visión hegemónica de dominación de EE.UU. para Centroamérica, pero valdría la pena planteárselo a nivel de Centroamérica. Somos los pueblos centroamericanos quienes debemos controlar nuestros recursos naturales. ¿Por qué hay interés en controlar nuestra biodiversidad, a través del capítulo 15 del CAFTA? que nos ha obligado a ratificar UN POP-91 y el acuerdo de Budapest, que permite que nuestros bancos de microorganismos y nuestras especies vegetales, puedan ser patentadas por las empresas estadounidenses. Esas cosas hay que plantearlas. ¿Cómo es posible que podamos admitir en este país o en Centroamérica que una empresa de capital canadiense y estadounidense, que se llama Pacific Rim pueda demandar al Estado ante una corte internacional en Washington, porque el Estado no le da una licencia para explotar oro en la cuenca alta del río Lempa, que será contaminada por el cianuro que utilizarán en el proceso de desprendimiento del oro? ¿Cómo es posible que le podamos aceptar al vicepresidente o al gobierno de los EE.UU. un trato nacional en las mismas condiciones para las corporaciones estadounidenses que se dedican a la construcción, que a las empresas centroamericanas que se dedican a ese negocio? ¿Cómo es posible que podamos aceptar que el agua sea vista como una mercancía y que se pueda privatizar? Eso es lo que tenemos que decirle, tenemos que replantear nuestras relaciones internacionales sobre la base de un proyecto nacional. Yo creo que de manera complementada se puede hacer eso, pero si no resolvemos el problema de la casa, si no arreglamos el techo, si no arreglamos las paredes, si no vemos el piso, si no creamos las condiciones domésticas para hacer esto, no lo vamos a resolver saliéndonos de la casa, hay que hacerlo de manera coordinada

El escaso margen de maniobra para Funes

DE - ¿Y Usted tiene esperanza que el nuevo presidente Mauricio Funes va a tener esa fuerza, esa capacidad y esa voluntad sobre todo, porque veo yo que debe ser un enfrentamiento justamente con la política de EE.UU.?


RM – Creo que hay un escaso margen de maniobra para el actual gobierno de El Salvador, y eso tiene que ver con varias aristas, una de ellas con la situación de las cuentas del sector público. Yo creo que las cuentas del sector público de los salvadoreños están quebradas, eso limita en buena medida llevar a cabo políticas públicas en el sentido, digamos, de hacer prevalecer el marco de las políticas públicas con la visión de Monseñor Romero, como lo ha dicho Mauricio, con una opción preferencial por los pobres. Ese es el primer punto.

El segundo punto que creo que es importante destacar, es el límite que imponen los grupos de poder, y las relaciones de poder en El Salvador, sobre todo el poder económico, el poder mediático, el poder jurídico, el poder de las instituciones, el poder militar, está enraizado en una burguesía salvadoreña con una visión muy reaccionaria. Entonces justamente se requiere establecer un desafío, un reto, frente al poder. Y eso difícilmente se puede lograr si no tenés un poder detrás que te permita establecer una correlación mínima, a partir de la cual colocar puntos de tu agenda, colocar puntos de tu interés. Entonces, yo creo que eso puede ser posible, y puede ser posible en la medida en que el gobierno de Mauricio tenga el respaldo creciente de los sectores sociales y de los sectores populares. Yo estoy convencido que una de las fuerzas fundamentales en la construcción de estos procesos, se hacen desde abajo, es la fuerza del pueblo. El reto está en el hecho de aglutinar a los sectores sociales, a los sectores populares, en torno de un proyecto que encarne las reivindicaciones de este sector. Sólo en esa medida creo yo posible desafiar el poder real, el poder fáctico, un poder que se ha prolongado durante mucho tiempo en este país y que existe desde que es república El Salvador.

Ahora, hay situaciones, hay problemáticas en El Salvador, en este país, muy hondas que se han incubado a lo largo de todo el proceso de acumulación capitalista, que es inaudito pensar que se va a resolver de la noche a la mañana. Pero sí creo que es necesario iniciar las bases para comenzar en un proceso de largo plazo, ir superando estas cosas. Lo que sí creo que es fundamental, es dar respuesta a situaciones puntuales, que creo que son urgentes y creo que podría ser el vínculo, el gancho, para articular el tejido social en torno a una propuesta que es la que lidera Mauricio Funes

Dar a comer a los pobres y estabilizar los precios


DE - ¿Y cuáles serían entonces, porque él ha dicho que dos temas son priorizados por su gobierno, es la crisis económica y la seguridad?

RM – Sí, yo comparto esa posición. Yo creo que dentro de la crisis, habría que sacar un poquito la lente, y yo identificaría el acceso a la alimentación para las familias.

DE - ¿Más o menos como el proyecto Hambre Cero en Nicaragua?

RM – Bueno, yo no conozco particularmente el proyecto de Nicaragua, sí conozco algunas fórmulas que se ha aplicado en Europa, América Latina y el Caribe, en el marco del plan de erradicación de la pobreza del Banco Mundial, los cuales no comparto, desde luego. Yo creo que aquí la superación del problema del empobrecimiento, difícilmente se puede llevar a cabo a través de un programa, creo que es más bien la definición de un plan de largo plazo que articule políticas económicas con políticas sociales porque realmente el problema del empobrecimiento no se puede combatir únicamente a través de políticas sociales.

Lo que hemos visto durante este período en El Salvador, hace más de 20 años, lo que hemos visto en otros países es que los programas sociales se ven como medidas compensatorias a los efectos negativos que generan las políticas económicas. El mejor programa social es una buena política económica. Entonces, si no tenemos políticas económicas adecuadas, sirve de poco, o de nada, el que se esté empujando ese tipo de programas. Ahora, yo lo que veo es, frente a la crisis, aspectos que son determinantes. Uno, que la gente tenga posibilidad de comer y eso creo que tiene que ver con varias cosas, medidas concretas. Una relacionada con la estabilización de los precios de la canasta básica, para mí, eso es fundamental. El otro punto que creo que es importante es la capacidad adquisitiva de los salarios, o sea, estabilizar los precios es un punto fundamental pero que la gente tenga un ingreso suficiente como para poder demandar esos productos.

DE - ¿El salario mínimo debe aumentar?


RM – Seguramente habría que revisar el salario mínimo. Pero eso nos lleva ya a una problemática más compleja, porque si la estructura productiva salvadoreña es principalmente micro y pequeña empresa, decretar un salario mínimo, significa de entrada el sacrificio de un sector importante que genera empleo y dinamiza la economía salvadoreña. Entonces eso complejaza más la situación porque si revisamos el salario mínimo, debemos tener una visión de un ajuste integral de los salarios y eso pasa por políticas sectoriales de apoyo a ese grupo del aparato productivo que es casi 91, 92% del total de empresas de este país. Pero entonces, una de las situaciones es el tema de la estabilidad de los precios, de la canasta básica.

Poder adquisitivo para acceso a alimentos


El otro es garantizar la capacidad adquisitiva de los salarios para que el acceso a esos alimentos pueda ser efectivo. Pero creo que ahí aparecen algunos bienes que son fundamentales, no necesariamente alimentarios, uno de ellos es los derivados del petróleo. Es fundamental, por el carácter estratégico que tiene el petróleo y sus derivados en la conformación del precio de bienes y servicios, ejercer la acción constitucional de regular las prácticas monopólicas, particularmente en el sector de hidrocarburos. Otro aspecto que creo que es central, que no es un bien de la canasta básica, es los medicamentos, garantizar el acceso de los medicamentos de las personas. Hay estudios realizados en la universidad de El Salvador, que demuestran que existe un margen de ganancia suplementario en el negocio de los medicamentos. Eso debería ser estabilizado y regulado de alguna manera, recuperando la acción económica del Estado que desde un esquema keynesiano, pues, se rescata.

Por otro lado, creo que el tema de la seguridad es un aspecto central y lo ha expresado Mauricio Funes. Creo que compartimos esa situación no sólo en términos de represión sino en términos de que la ciudadanía pueda vivir fuera de esa vorágine que es la violencia en este país. Hay que mirar no sólo la violencia generada por las pandillas, sino la situación de inseguridad generada por el crimen organizado. Y ese es un tema muy delicado, al cual seguramente hay que entrarle, pero que no se va a poder abordar en los primeros 100 días, ni quizás en los cinco años de la gestión, para haber superado esta situación.

Y otro punto que creo que es fundamental para mover todas estas cosas es el tema fiscal. No se pueden tomar políticas públicas con una orientación hacia la sociedad más empobrecida, si no tenés ingreso público que te permita echar mano de ellas. Y yo ahí concentraría principalmente a la evasión fiscal, el IVA tiene un nivel de ineficiencia del 50% y quienes evaden el IVA son las empresas, no las personas consumidoras, no las personas trabajadores. Creo que Mauricio lo ha planteado un par de veces, el combate frontal al delito de evasión fiscal, es un punto fundamental, así como el combate a la corrupción, y yo no tendría ningún inconveniente en plantear la necesidad de establecer un nuevo impuesto, un impuesto al patrimonio, a las riquezas, que fue derogado por el presidente Christiani, de manera que la gente más rica de este país paga CERO por sus riquezas, por el caudal de riqueza que ellos han ido acumulando. Y yo diría que es correcto que hagamos el esfuerzo más o menos equilibrado, dado que la carga tributaria descansa principalmente en el sector trabajador, que las personas más adineradas pudieran pagar un porcentaje del valor de sus patrimonios. Entonces evasión, combate a la evasión, combate a la corrupción y yo no dudaría en un impuesto al patrimonio, viendo como la posibilidad de tener fuertes ingresos tributarios que permitan manejar algunas políticas sociales de compensación a los grupos que tienen una mayor vulneración frente a la crisis, por el acceso a la comida, el acceso a la salud, el acceso a una vivienda digna, son puntos que creo deberían irse viendo en el camino.

El Salvador y la integración en América


DE – Las relaciones internacionales, por ejemplo, el fondo Monetario, el Banco Mundial que Usted ha mencionado, se hablaba en la conferencia de los economistas en la Conferencia Internacional de Economistas de la Habana, muchas veces, incluso eran invitados representantes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, y también el nuevo hecho de que hay un Banco del Sur, hay una integración del Cono Sur y Brasil también juega un papel mucho más importante, más ahora que antes, en toda esa integración de todo el continente ¿qué podría favorecer, usted ha mencionado, con toda la razón, que hay que mirar, poner la cosa en orden su propia casa, pero existe un proceso en todo caso que se mueve en este continente? ¿Qué podría hacer El Salvador, entre varios países, en ese proceso?

RM – La experiencia de 20 años de políticas neoliberales en El Salvador, demuestran que los escasos márgenes de acción que los gobiernos tienen ante las imposiciones del Banco Mundial, del BID o el Fondo Monetario Internacional, no fueron aprovechadas en El Salvador. Y en este país entramos en un proceso de ajuste estructural sin haber firmado un solo préstamo con el Banco Mundial, sin que se lo pidieran. El presidente Christiani entró en el proceso de aplicación de políticas neoliberales y la primera medida que se aplicó fue la reprivatización de la Banca, curiosamente él salió como propietario de uno de los Bancos más grandes, el Banco Cuscatlán. Entonces, yo creo que aún en el marco de esa condicionalidad cruzada, de corto plazo, a través de los préstamos SAL del Fondo, PAP del Banco, y a través de la condicionalidad, los gobiernos han tenido un margen de maniobra. Y en el caso del país, no se ha aprovechado. Muestra de ello es la diferencia del proceso de políticas privadas de Costa Rica y la política de privatizaciones en El Salvador, por ejemplo. Se está gestando en el Sur un proceso que responde al fortalecimiento de los movimientos sociales, pero que también responde al fracaso del modelo neoliberal y al surgimiento de un grupo de gobiernos que han surgido al margen de la hegemonía de EE.UU.. Y yo veo como muy positivo el que se puedan establecer lazos de cooperación entre gobiernos que tengan una visión democrática, una visión menos alineada, a los planteamientos de los EE.UU.. Yo creo que eso puede ser una alternativa.

De hecho, este proyecto llamado el ALBA es un proyecto que puede tener algunos desaciertos ¿verdad? quizás en materia energética, pero que tiene aspectos importantes de los cuales podríamos retomar, y de los cuales podríamos pensar que plantean, o coinciden, o convergen, con esa visión alternativa para la integración desde abajo. Entonces yo creo que en la medida en que se puede cohesionar una alianza entre países cuyos gobiernos, cuyos movimientos sociales detrás de los gobiernos, puedan postular por una integración desde abajo, se puede hacer una presión mucho más fuerte, se puede presionar más a las instituciones financieras internacionales. Yo he participado de algunos de esos eventos en La Habana con funcionarios del Banco Mundial, del BID, del Fondo Monetario Internacional, y de manera reiterada su planteamiento es que no hay tal fracaso del modelo neoliberal. L o que pasa es que no se han aplicado en toda su intensidad las recomendaciones neoliberales que ellos han planteado, incluso tratan de arrogarse el éxito en los procesos de industrialización de algunas economías del Sudeste de Asia como el resultado de las políticas neoliberales de manera ortodoxa, lo cual, obviamente, no tiene nada que ver con eso. Pero entonces, yo sí creo que frente al poder constituido por las financieras internacionales, seguramente una de las tácticas claves para poder alzar la voz, para poder ser escuchado, es fortalecer las alianzas entre los gobiernos que tienen una visión, digamos, alternativa, una visión que se desenmarca de la línea que plantea EE.UU..

La hipocresía del comercio de la a burguesía salvadoreña

DE – cuando subió Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua, él decía que hasta ahora la cara ha sido dirigida solamente hacia el Norte, pero nosotros queremos también girar hacia el Sur. En Nicaragua, hablando del arroz, aquí se produce el 10% del arroz y se importa el resto, principalmente de EE.UU., mientras Nicaragua casi ya está cumpliendo toda su producción de arroz, porque también habían sufrido las consecuencias por ratificar el TLC o el CAFTA y también se han integrado como miembros al ALBA donde se han beneficiado con varias relaciones internacionales, en primer lugar con Venezuela. Se habla mucho de la campaña contra Mauricio Funes de que el verdadero amigo era Hugo Chávez pero Hugo Chávez ha sido hasta ahora muy cuidadoso de dar así, abiertamente, un apoyo, como lo ha hecho quizás en otras oportunidades a procesos electorales. ¿Qué podría hacer un país como el Salvador que ha firmado el CAFTA, pero también podría beneficiarse en el sentido del ALBA?

RM – Yo creo que una de las lecciones importantes de esta situación de recesión económica, es la necesidad de recuperar nuestra capacidad de producción de alimentos. Y si en el caso de Nicaragua ha revertido su situación de dependencia agroalimentaria, pues habría que ver esa experiencia y procurar transitar en ese sentido. Porque la soberanía alimentaria es un derecho inalienable de los pueblos, que constituye, creo yo, uno de los puntos fundamentales de una estrategia de seguridad nacional de cualquier país. No es gratuito que los países de la Unión Europea, no es gratuito que los países asiáticos industrializados, o que el mismo EE.UU. y Canadá, tengan una política de protección, a través de subsidios para el sector agropecuario. Lo que es inaudito es que los gobiernos de estos países centroamericanos, hayan abandonado el sector agropecuario, que es una pieza fundamental para la comida, para la alimentación de su población. A mí sí me parece que esa experiencia, valdría la pena conocerla, y creo que debería de ser uno de los ejes fundamentales de trabajo del gobierno de Mauricio. Yo entiendo que hay un eje de soberanía y seguridad alimentaria en su programa, y habría que ver si las medidas concretas podrían retomar algunos aspectos positivos de esta experiencia. Ahora, desde luego que yo creo que es fundamental diversificar las relaciones internacionales y comerciales a nivel planetario y la apertura, por ejemplo, a socios comerciales, como China, valdría la pena considerarlo. La visión ideológica anticomunista y ciega de la derecha salvadoreña limitó, aunque había una doble moral detrás de ese planteamiento porque oficialmente El Salvador no tenía relaciones comerciales con Cuba, pero la burguesía salvadoreña se beneficiaba del comercio con Cuba. La burguesía critica al gobierno de Nicaragua y tiene negocios crecientes en Nicaragua, centros comerciales gigantescos, entre otros, o importadoras de coches, de carros, etc. Ahora, yo lo que creo es que debería haber coherencia en el planteamiento. Yo creo que el proyecto del ALBA plantea, o se fundamenta, en principios absolutamente opuestos, distintos a los planteamientos en los que se sustenta el CAFTA. Y yo creo que no se trata de, vamos a reconocer los efectos negativos del CAFTA, y seguimos en el CAFTA, pero por otro lado, la plata que recogemos del ALBA va a servir para compensar los efectos negativos del CAFTA. Creo que ese es un planteamiento incoherente. En ese sentido sería más adecuado plantear una revisión del CAFTA en los aspectos fundamentales. Y eso no es una cuestión descabellada, ya el presidente Obama se ha planteado revisar por lo menos el capítulo agrícola del NAFTA, cabe la posibilidad de hacer esa consideración a la vista de los efectos devastadores que ha estado generando ese acuerdo en los países periféricos. Entonces creo que no sólo hay que parecerlo sino que hay que serlo. En ese sentido la coherencia entre planteamientos de apoyo a la producción doméstica y el apoyo a los principios de solidaridad, de cooperación, nos lleva a rechazar un acuerdo o un tratado que tiene en el centro el interés de profundizar por la vía de la reforma jurídica, las condiciones de acumulación para el capital corporativo y de unas cuantas empresas domésticas.

“El derecho a la autodeterminación”


DE – El acuerdo entre Honduras y el ALBA ahí hay un componente, menciono la cuestión de la salud, medicamentos, hay un capítulo allá en ese acuerdo, donde los cubanos que tienen una industria farmacéutica muy avanzada, se comprometen en exportar, prácticamente donar, muchos medicamentos a los hospitales hondureños. Hoy en día no hay relaciones diplomáticas ni siquiera entre Cuba y El Salvador, pero también podría ser otro factor para abrir y girar la cara, el rostro, al otro lado, no solamente hacia el Norte

RM – Yo creo que sin duda, la verdad, de eso estamos hablando de establecer relaciones internacionales enmarcadas en esa lógica de maximización de beneficios. Porque ¿qué es lo que hemos tenido? las relaciones internacionales entre El Salvador y EE.UU. en los últimos años se han limitado a la suscripción de tratados de libre comercio y esto implica necesariamente también una relación militar, la convergencia entre los objetivos geoestratégicos y geopolíticos de EE.UU. y los del gobierno de El Salvador, si no tenemos moneda, no tenemos Banco Central, tenemos los mismos intereses geopolíticos y geoestratégicos, lo único que falta es que nos pongan como una bandera más, o una estrella más, en la bandera de EE.UU., otro Estado anexo. Ahora, lo fundamental creo yo, es ver cómo se exploran con otros países otro tipo de relaciones basados en principios diferentes a estos, las relaciones de cooperación, de solidaridad, no sólo en términos de salud, también de apoyo al deporte, en términos de cultura, en términos de educación, en términos de avances científico-tecnológicos, son fundamentales. Y eso no se puede encapsular en un tratado de libre comercio, que es lo que hemos tenido con el caso de EE.UU. y que es lo que busca la Unión Europea. Entonces, habría que abrir más esa dimensión de las relaciones internacionales, en las relaciones entre los estados, entre los pueblos, y colocar como primera premisa, el derecho soberano que tenemos a la autodeterminación.

La propuesta china de una nueva divisa en el mundo


DE – Para redondear esta entrevista sobre la economía y además el programa del nuevo gobierno, no se puede evitar a tocar el tema de que los chinos ya propusieron una nueva moneda, una nueva divisa en el mundo. ¿Qué diría usted como economista, profesor en economía de la universidad de El Salvador sobre esa nueva propuesta, una nueva relación entre los diferentes países del mundo? También se ha hablado de una nueva moneda, una nueva divisa, no solamente entre los países del ALBA, sino también con otros países suramericanos. Rafael Correa de Ecuador, Honduras y otros países han estado muy interesados también. Pero los chinos quieren hacer una nueva moneda y divisa mundial administrada por el Fondo Monetario Internacional, ese organismo que ha sido tan criticado por todos los sectores progresistas del mundo durante las ultimas tres décadas.

RM – Hay una coincidencia de que estamos frente a un cambio significativo en el sistema económico mundial. La actual depresión está mostrando ya su flequillo ¿verdad? y nos plantea varias cosas.

En primer lugar la posibilidad de una crisis de hegemonía, una crisis de hegemonía por parte de EE.UU. y el replanteamiento de un nuevo hegemón, de un nuevo polo hegemónico. Y hay coincidencia de varios autores en que ese nuevo polo podría emerger de Asia. El punto que creo que es importante no perderlo de vista es que China tiene un peso importante en la solución o en el agravamiento de esa situación de recesión económica mundial, porque China es propietaria de una buena parte de los bonos, una buena parte de los títulos emitidos por el gobierno de los EE.UU.. En la medida en que el gobierno chino se deshaga de esos títulos, esa medida puede llevar a la caída de EE.UU. como el país hegemónico en el sistema monetario internacional. Entonces creo que valdría la pena revisar con mayor detenimiento esa propuesta. Además. . . .

DE - ¿El gobierno chino tiene gran interés para que no se caiga EE.UU.?


RM - La caída de EE.UU. implica inmediatamente la caída de China. El principal punto de destino de las exportaciones chinas es EE.UU.. Entonces es una situación bastante compleja, pero esto es una señal que viene a corroborar, que viene a corroborar, el hecho de que se está frente a una crisis civilizatoria, estamos frente a una crisis de hegemonía y estamos frente a una fase de depresión económica, cuya solución, creo que dependerá de las relaciones de poder de los agentes que intervengan a la hora de resolver esa situación. Yo creo que no es automático. A China le podía interesar una nueva moneda, con un peso grande del yoan, seguramente, pero llegar hacia eso, tiene implicaciones que no son automáticas. Eso implicaría la caída del dólar, las reservas internacionales netas que los países tienen en el mundo, están en dólares, eso implicaría una hecatombe a nivel del sistema monetario internacional y no creo que ellos estén listos a apretar el botón, como se dice, deshacerse de los bonos o de los títulos que tienen de la deuda contraída por el gobierno de los EE.UU.. Pero sí viene a revelar que estamos en una situación de quiebre, no va a ser el mundo igual, después de la depresión, de lo que ha sido hasta ahora, sin duda. Y eso viene a complicarse con una crisis alimentaria, con una crisis energética, que le dan una dimensión social y una dimensión ecológica a la crisis, que no se había tenido antes. Entonces, frente a esta situación las soluciones o las perspectivas creo que son muy complicadas. Se pueden configurar varios escenarios, quizás una pueda ser esa salida ¿verdad? la sustitución del dólar como moneda de curso para las transacciones internacionales…

“Esa crisis de hegemonía se está larvando”

DE -¿Ha habido alguna reacción de parte del gobierno de EE.UU. o de economistas gringos?


RM – Sí, claro que el mundo no va a ser igual que antes, pero yo creo que, y está demostrado, a partir del análisis de la Historia, que la moneda de curso generalizado en el sistema monetario internacional, está determinado por la potencia militar, por la potencia hegemónica. Lo fue Gran Bretaña en su época, lo que es EE.UU. todavía, pero ahí es donde está, creo yo, esa crisis de hegemonía que se está larvando, y posiblemente, en lo que hay coincidencia de muchos economistas a nivel mundial, de que ese nuevo hegemón, ese nuevo punto de hegemonía, pueda salir en Asia.

DE - ¿El complejo miliar industrial está jugando un papel muy fundamental todavía?


RM – Yo creo que sí, yo creo que frente a los problemas de crisis en el capitalismo, si ha habido una actividad que sirvió de locomotora para levantar los procesos de crecimiento de la economía, es la industria militar y no sólo es porque es el punto a partir del cual se ensayan o se experimentan los avances en materia de ciencia y tecnología, sino porque también esta industria militar, apunta principalmente a la sofisticación de los armamentos que tienen como propósito final el control de los recursos naturales. Esther Estezeña, una colega mexicana, hace un esfuerzo por identificar las guerras o los conflictos armados con la ubicación d e los recursos naturales. Y eso lo podemos mirar claramente cómo los proyectos de inversión en infraestructura, los conflictos miliares, coinciden totalmente con la ubicación de los recursos naturales. Entonces no sólo es la tabla de salvación para los procesos de recesión económica del capitalismo, sino la misma necesidad de sofisticar la vía coercitiva, la vía represiva, para ejercer un control sobre los recursos naturales, donde uno de ellos, fundamental, es el agua, sin duda, pero también los hidrocarburos y el gas.

DE – ¿En estas regiones, desde el Plan Puebla-Panamá hasta el Plan Colombia y también Venezuela que tiene la octava reserva más grande de agua dulce de este continente, esta en la mira de los estadounidenses?

RM – Sin duda, yo creo que la estrategia hegemónica de dominación de EE.UU. tiene el componente de los tratados de libre comercio, que querían solventarse a través de un proyecto hemisférico, suscribiendo un TLC grande con 34 países, llamado ALCA, que fue un fracaso, y que optaron por la vía más larga que es TLCs sub-regionales o bilaterales.

El otro componente es este megaproyecto de inversión que en Mesoamérica que se llama Plan Puebla-Panamá, pero que está construido para América del Sur a través de una iniciativa que se llama IIRSA, Iniciativa para la Integración de la Infraestructura de Suramérica y para América del Norte a través de un proyecto que se llama ASPAN y después se le denominó Iniciativa Mérida, que es un proyecto denominado como un NAFTA PLUS que tiene a la base, el marco jurídico que es el NAFTA, pero un conjunto de proyectos de infraestructura que permitiría el trasvase de recursos naturales de Canadá, por ejemplo, el agua, hacia EE.UU., o el paso de hidrocarburos desde México hacia EE.UU.. Entonces yo creo que justamente la estrategia del control de los recursos naturales, ocupa un papel fundamental.