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viernes, 23 de octubre de 2009
Fyra nya medlemmar på IFS:s årliga möte
Landsorganisationerna i Kap Verde, Namibia, Nigería och Burma är sedan den 8 oktober nya medlemmar i IFS, Internationella Fackliga Samorganisationen. De fyra valdes in på IFS:s årliga möte för Generalrådet som detta år genomfördes i Berlin med anledning av den tyska landsorganisationens 60-årsjubileum. IFS har nu 316 medlemmar i 158 länder och registrerar 170 miljoner medlemmar.
På konferensen antogs två resolutioner där diktaturen i Honduras fördömdes. Mötet slog fast att IFS:s medlemsorganisationer och den samlade motståndsfronten går i bräschen för att återupprätta demokratin. Också i Guinea går landets fackföreningar i spetsen för demokratin och har därför förvandlats till ett mål för regimens förföljelse.
Dick Emanuelsson
viernes, 22 de mayo de 2009
Los sindicatos en América y la crisis capitalista
¿Cómo afecta la actual crisis capitalista los trabajadores, sus economías, sus expectativas para una vida más digna y mejor? ¿Y cual ha sido la reacción y respuesta del movimiento organizado en el continente americano, tanto el Norte como en el Sur?
Son preguntas que el corresponsal Dick Emanuelsson hace en la siguiente entrevista a Víctor Báez, viejo líder sindical de Paraguay que a principio del año asumió la dirección de la continental organización sindical CSA, en representación a 45 millones de afiliados.
POR DICK EMANUELSSON *
¿Qué efectos tiene la crisis en los trabajadores del continente americano, comprendiendo las diferencias norte-sur?
– Comparativamente entre los trabajadores de América del Norte y América Latina, podría afirmarse que el impacto ha sido mayor en estos últimos ya que, hasta el tercer trimestre del 2008, en esos países se vivía una época de auge económico, iniciado seis años antes, como resultado de las condiciones mundiales en cuanto a fuerte demanda de exportaciones y la abundancia de capitales. En esos años hubo altas tasas de crecimiento del producto e incluso alguna absorción de informalidad y mejora del poder de compra de los salarios, todo lo cual retrocede ahora nuevamente. Otro aspecto grave ha sido la pérdida de ahorros acumulados por los trabajadores mediante los fondos privados de pensión con el régimen de capitalización individual, colocados en la bolsa, que suman alrededor del 20% en Argentina y México. La caída ha sido de más del 40% en Chile, equivalente a 9 años de ahorro, dado que allí se habían estimulado colocaciones de alto riesgo.
Claro está que la pérdida de puestos de trabajo en EEUU (y Canadá) también es considerable, alcanzando niveles de desempleo que no se observaban desde hace 25 años.
¿Cuál ha sido la reacción de los trabajadores y sus organizaciones?
– El sindicalismo de la región cree que la recuperación prometida para dos años es muy optimista. Las medidas de emergencia, incluyendo planes antícíclicos, en América Latina no han tenido la envergadura observada en los países del Norte, lo que en parte tiene que ver con que no han sido necesarios (en cuanto al salvataje de empresas) pero también con que no se dispone generalmente de los recursos necesarios (salvo países como Chile, que construyeron fondos anticíclicos y Brasil), o se duda en utilizar las reservas internacionales (que tienen como principal sentido dar una “señal” de estabilidad al resto del mundo).
En América Latina enfrentamos una permanente falta de disposición empresaria a acordar formulas equilibradas, ya sea mediante el dialogo social tripartito o el bipartito mediante la negociación colectiva.
LOS EMPRESARIOS A LA OFENSIVA
– Al respecto, en una reunión tripartita de OIT regional sobre la crisis de la cual donde participó la CSA, junto a otras cuatro afiliadas (CTM México, CGT Argentina, CUT Perú, CGT Colombia) (“Diálogo de Interlocutores Sociales: respondiendo a la crisis: crecimiento, trabajo y estabilidad, Lima, 24 febrero 2009), la declaración empresarial no disimula sus posiciones, que presentan elementos claves:
1. “las medidas en el ámbito crediticio, regulatorio, fiscal y administrativo, deben crear las condiciones para llegar a acuerdos con los trabajadores en la aplicación de mecanismos efectivos que hagan posible la retención de los trabajadores, sin que por ello pueda menoscabarse la supervivencia de las empresas”;
2. las medidas que amortigüen el efecto de la crisis “deben inscribirse claramente en los principios del G-20: economía de libre mercado, respeto del estado de derecho y la propiedad privada... se necesita “libertad de comercio e inversión, y mantenimiento de mercados competitivos”;
3. la crisis como factor coyuntural “no debe suponer desvíos con respecto de cuestiones estructurales: mejora de las condiciones de seguridad jurídica, y de adecuado funcionamiento de las instituciones en sistemas democráticos y fundados en la libertad en todas sus dimensiones”;
4. debe “evitarse el desplazamiento del sector privado por parte de programas masivos de inversión pública en los paquetes de estímulo fiscal”. Esta declaración comienza también la “batalla” empresaria por la utilización interesada del concepto de “empresa sostenible” (resolución de OIT del 2007), en cuanto a que “para mejorar las condiciones de dignidad del trabajo es necesario profundizar en la sustentabilidad de la propia empresa”.
– Los empresarios, de esa forma, siguen exigiendo el sacrificio de los trabajadores para superar la crisis, lo cual es inaceptable.
– En EEUU, la AFL-CIO ha recibido claros mensajes del presidente electo, en cuanto a que el sindicalismo es “parte de la solución y no de la crisis”, lo que parece anticipar un enfoque de mayor sensibilidad hacia el sector, luego de casi diez años de políticas antisindicales.
Las expectativas son muchos menores en Canadá, donde el primer ministro ha sido explícitamente un seguidor del ex presidente Bush.
LAS CUMBRES INTERNACIONALES
¿Qué medidas propone CSA para aliviar los golpes económicos y sociales sobre los trabajadores?
– CSA ha acompañado los últimos seis meses a la CSI en sus declaraciones ante las dos Cumbres del G-20 (Las organizaciones afiliadas a CSA, y ha efectuado la suya propia, en relación con el contexto propiamente americano (Trinidad Tobago, abril 2009, ante la V Cumbre de las Américas).
CSA asume su responsabilidad como miembro regional de la CSI en cuanto a las propuestas centrales macroglobales para enfrentar la crisis, explorando las “oportunidades” que brinda para avanzar en un nuevo modelo de gobernanza global, y superar la crisis de justicia distributiva que se ha acumulado en los últimos treinta años, por el predominio del enfoque neoconservador y del desarrollo de un capitalismo de hegemonía financiera.
En el documento evaluativo pre-Londres, hemos señalado que “el enfoque de la CSI se detiene poco en la situación de sus regionales, interpretando que la propuesta de cambio a nivel global es una condición básica para resolver los problemas del subdesarrollo, los cuales son reconocidos, en términos de desigualdad entre regiones y países. Ello es comprensible, en el sentido de que una organización global debe concentrarse en las propuestas globales, pero entonces la CSA (así como las otras regionales) tiene el papel de avanzar específicamente en las problemáticas específicas de la región. En este plano, aparecen elementos diferenciados que aportan a la interpretación de la propuesta global de la CSI: por ejemplo, si en los países desarrollados la demanda es por una recuperación de los mayores niveles de igualdad que existían allí en décadas pasadas, esta formulación, en el caso de países con menor desarrollo, debe fijar la mirada en el hecho de que más que un “retorno”, se necesita una “llegada” a una mayor igualdad social.
SE NECESITA UN DESARROLLO DE ‘NUEVO TIPO
– Asimismo, en cuanto al papel del Estado, hay que recordar el hecho de que en la periferia éste ha sido, durante el ciclo neoliberal, golpeado por versiones extremas del enfoque de la desregulación y de la meta del “Estado mínimo”. Al respecto, el sindicalismo latinoamericano dispone de un buen esquema estratégico, la Plataforma Laboral para las Américas (PLA), que ya ha sido bastante difundida y apreciada por el sindicalismo europeo. La propuesta estructural de la CSA tiene como eje central la consigna de un desarrollo sostenible, asumiendo el concepto internacionalmente reconocido desde hace veinte años, que destaca tres pilares: el económico, el social y el medioambiental.
– Para la CSA se necesita, como condición esencial, un desarrollo de “nuevo tipo”, en que los países de la región avancen hacia economías mas justas y equilibradas en sus componentes internos y externos, que generen más y mejores trabajos, incluyendo niveles remuneratorios justos, complementados por políticas de protección social, que en su conjunto reconozcan las expectativas de las personas ubicadas en los segmentos medio y bajo de ingresos (la “base de la pirámide”), hacia un “consumo de masas”.
– El centro está puesto en los problemas recurrentes del subdesarrollo económico de los países de la región, manteniéndose lejana la meta de alcanzar verdaderos procesos de acumulación en el largo plazo, con componentes de autonomía que reduzcan al mínimo el impacto de factores externos, ya sea una crisis financiera o las políticas de las transnacionales.
– En el logro de esta economía diferente, juegan muchos factores, como la política fiscal progresiva entre ricos y pobres (y al interior de estos entre los distintos sectores sociales), las políticas estatales que hacen accesibles los bienes públicos para las clases populares, en cuanto a salud, transporte, educación, vivienda y el propio consumo de alimentos, ropa y otros elementos de la vida cotidiana. Estos factores, así como la protección social, retroalimentan el consumo, hacia un círculo virtuoso económico.
– Junto al factor interno, se ubica el externo, partiendo del concepto de comercio justo en el multilateralismo, proyectándose hacia el plano de la integración regional, que desde hace casi veinte años es considerada clave por el sindicalismo latinoamericano-caribeño, especialmente entre países cercanos en cuanto a su desarrollo productivo y factores culturales. Por esta vía, se aumentan las interrelaciones comerciales y se juntan fuerzas ante otros bloques y ante los países centrales, permitiendo así su mayor capacidad para imponer sus condiciones en la “selva del mercado”. También se espera que a través de la integración los países miembros alcancen un grado alto de coordinación económica, de forma que los respectivos Estados nacionales se fortalezcan a través de acuerdos.
“OTRA DOSIS DE JARABE KEYNESIANO”
¿Qué reacciones ha habido desde los gobiernos?
– Las medidas tomadas por el nuevo gobierno norteamericano han sido consideradas por dos de los gurúes globales (Paúl Krugman y Joseph Stiglitz) como moderadas y básicamente equivocadas, por la insistencia en el salvataje de los bancos en problemas. Krugman ha considerado que el actual plan es una “idea zombi”, en el sentido de que las soluciones fáciles son un “muerto que siempre vuelve”, al evaluar que nada está fundamentalmente mal en el sistema bancario. Stiglitz acaba de pedir un Plan B en la reestructuración de los bancos, para eliminar sus aspectos “costosos e injustos” y “otra dosis de jarabe keynesiano”.
– Los gobiernos latinoamericanos, por su parte, enfrentan, desde el sector externo, el problema derivado de un menor consumo global y un menor flujo de inversiones y créditos, por el nuevo proteccionismo, dado que el motor de sus economías en estos años, fundamentado en la gran demanda exportadora de commodities, no volverá (excepto parcialmente la originada desde China), y en esa abundancia de recursos externos. Por lo tanto, sus modelos económicos se encuentran en la disyuntiva sobre cómo seguir, siendo que no tienen, en el plano de su mercado interno (y de su mercado ampliado mediante la integración subregional), los equilibrios y potencialidades necesarias, con la actual distribución del ingreso e integración productiva, para repetir el camino de los países hoy adelantados.
LO PERDIDO EN TRINIDAD Y TOBAGO
– Pero para responder en forma definitiva a la pregunta, una ocasión perdida fue la Cumbre de Trinidad y Tobago, donde no hubo documento y donde el borrador del documento que iba a ser firmado ignoraba totalmente la crisis. Esa hubiera sido la oportunidad magnífica para tomar como base los acuerdos del G-20 de Londres e ir mucho más lejos, dado que dicen que tenemos gobiernos progresistas en nuestro continente. Esa fue la oportunidad perdida para dar un golpe de timón a las políticas sociales, económicas, alimentarías y energéticas de la región.
* DICK EMANUELSSON, reportero sueco en América Latina. En Suecia cubrió el mercado laboral para el diario Norrskensflamman, (fundado 1904 por los mineros en el norte de Suecia), el movimiento sindical y los conflictos laborales sociales como una tarea natural, ya que el periodista fue obrero metalúrgico durante 15 años y activista del movimiento obrero sueco en su juventud.
jueves, 30 de octubre de 2008
“Se hablará más de John Keynes y menos de Milton Friedman”
Por Dick Emanuelsson *
La crisis del modelo neoliberal es también una crisis del sistema capitalista. Hasta la derecha casi lo afirma hoy. Economistas de toda índole se expresan cada día en CNN-Español o en los programas y canales de los medios de comunicación masivos, deseando y diciendo que la crisis es temporal y que solo se necesita calma para que las bolsas otra vez vuelvan a funcionar, como si no antes nada había pasado.
Pero muy raras veces son invitados a estos medios obreros, trabajadoras de oficinas, dirigentes populares que diariamente en la misma vida se enfrentan con la cruda realidad que, como dice la OIT (Organización Internacional de Trabajo) en un comunicado el 20 de octubre, podrá convertirse en una crisis prolongada y profunda con muy graves consecuencias sociales como un aumento del desempleo con más de 20 millones o un aumento de la extrema pobreza.
Dick Emanuelsson, reportero en América Latina, tomó el pulso a Victor Baez Mosquera, secretario general de la Confederación Sindical de América, CSA, para saber cómo afecta esta profunda crisis capitalista a los trabajadores del continente Americano.
¿Según El Director General de la OIT, Juan Somavia, unas 20 millones de mujeres y hombres podrían sumarse a las filas del desempleo mundial como consecuencia de la crisis financiera global? ¿Cuántos sería en el continente americano, sur y norte y como analiza CSA en este momento esta crisis que esta temblando el mundo?
“Al momento de reflexionar desde el sindicalismo sobre la actual crisis, nada mejor que escuchar a grandes pensadores progresistas: es el caso del mayor historiador y mayor politólogo vivientes, Eric Hobsbawm e Immanuel Wallerstein.
Sus recientes reflexiones son totalmente coincidentes. El historiador considera que la debacle financiera es el final de una era comenzada hace treinta años, es decir, cuando apareció la ideología (“teología”) del libre mercado. Para el politólogo, este ciclo se vincula con el momento, a comienzos de esa misma década, en que empieza a perder fuerza el extenso periodo que, desde la segunda posguerra, juntó al mismo tiempo la mayor expansión productiva, de los beneficios, y del bienestar general en la historia de la economía-mundo capitalista. El problema es que los empresarios, cuanto tienen menores ganancias procedentes de la producción, comienzan a mover su dinero hacia actividades financieras y especulativas. Todos, las empresas, las personas, los Estados, piden prestado, viviendo así por arriba de sus ingresos reales. El problema de la deuda es que en algún punto debe ser reintegrada.
Tres actos del Teatro
Para el historiador, aún no se sabe qué vendrá, pero es seguro que se hablará más de John Keynes y menos de Milton Friedman, es decir, habrá un mayor rol para el Estado, el que tendrá un papel mayor al de una economía mixta, ya que orientará, organizará y dirigirá la economía privada. No sólo prestamista de última instancia sino incluso empleadora de última instancia. Hoy existen los mismos incentivos para el cambio de política de los países desarrollados que en los años treinta, para contener el profundo peligro político y social que trae consigo la actual crisis. En este sentido, Hobsbawn recuerda que, hace solo diez años, aquellos no se sensibilizaron mayormente ante las crisis de Sudeste asiático, Rusia, Brasil y México, siguiendo con sus mismas políticas como si nada.
El politólogo pone la mirada en el tránsito hacia el multipolarismo, con la aparición plena de China, India y Rusia, y la pérdida de peso de EEUU, el país deudor. Ha terminado el Acto Primero, por comparación con la estructura del teatro, es decir, cuando se establece quiénes son los actores. Ahora viene el Acto Segundo, cuando se ve lo que ocurre realmente, en camino al Acto Tercero, con el desenlace.
“La macroeconomía quedará sin duda afectada”
• La situación financiera y económica en varios países latinoamericanos ha mejorado y las reservas de los diferentes bancos nacionales han aumentado considerablemente en los últimos años. ¿Cómo evitar que el capital especulativo o sectores de los industriales se aprovechan de la crisis para sus propios beneficios? ¿Cómo ve la CSA la creación del “Banco del Sur”?
“Este análisis permite encuadrar provechosamente el reciente comunicado de la CSA (del 30 de septiembre), que retoma su crítica al actual modelo de globalización, para destacar la generación de una masiva y creciente desigualdad. Ante esta situación, CSA considera que ha llegado el momento de iniciar un cambio fundamental que recupere la situación previa.
CSA ha agregado sus propias consideraciones (comunicado “La crisis global y las Américas, 7 de octubre), enfatizando cuestiones regionales. Por un lado, es indudable la repercusión sobre las familias trabajadoras de América del Norte, directamente afectadas en cuanto deudoras de hipotecas y pérdidas de empleo. Pero hay que considerar a las del resto del hemisferio, pues, por otro, es de esperar un “contagio” en el resto de los países latinoamericano-caribeños, revirtiendo la situación positiva de los últimos seis años, que han sido considerados similares a los vigentes antes del neoliberalismo de los ochenta.
Es que se invertirán todas las tendencias anteriores que habían ayudado a esta recuperación: de los altos precios y la demanda de commodities (agropecuarios, mineros y petroleros); de las exportaciones de productos industriales (por ejemplo, las ensambladoras de automóviles), de la liquidez internacional y las bajas tasas de interés, del turismo y las remesas de emigrantes en el exterior,
La sólida macroeconomía que habían construido los países latinoamericanos, con superávits fiscales y reservas de divisas, junto a una fuerte reducción del endeudamiento externo (Brasil y Argentina), elevación del gasto público social y aumento del empleo y los salarios reales, quedará sin duda afectada.
El cambio estructural quedó en el camino
• La OIT, con base en informes del FMI y la ONU, sostiene que tanto la pobreza como el desempleo pueden aumentar. ¿Cómo evitarlo?
“Es en ese punto cuando será visible que las mejoras en estas economías no alcanzaban a producir un cambio estructural de desarrollo desde un sentido profundo, es decir, la mayor homogeneidad sectorial interna, el mercado interno basado en el consumo de la “base de la pirámide”, la exportación diversificada en productos y destinos, la calidad de los empleos y los productos generados, es decir, todo lo que se sintetiza en la expresión de “desarrollo sostenible”, en sus dimensiones económicas, sociales y medioambientales.
Los problemas recurrentes del subdesarrollo económico en los países de la región no han cambiado, manteniéndose la incertidumbre sobre la posibilidad de alcanzar verdaderos procesos de acumulación económica y social en el largo plazo, con componentes de autonomía que reduzcan al mínimo el impacto de factores externos, ya sean una crisis financiera o las políticas de las transnacionales, a través de los acuerdos de libre comercio e inversión. En ello es clave también llegar a un comercio justo en el multilateralismo comercial.”
Difícil hoy diferenciar a la derecha como la izquierda
* “Esta no es sólo una crisis de Wall Street, es una crisis general”, sostiene OIT. ¿Este es el fin del modelo neoliberal y el comienzo del fin del capitalismo?
“Con lo dicho en el punto anterior puede volverse al enfoque de la CSA. Es decir, además y junto con la recuperación de los mayores niveles de igualdad que existían en las naciones desarrolladas en décadas pasadas, el cambio debe incluir específicamente a las sociedades de menor desarrollo. En estas, frecuentemente, tales estándares de calidad de vida no serían propiamente un retorno sino una “llegada”.
Lo llamativo es que, en los países desarrollados, las propuestas de cambio o de maquillaje vienen nuevamente desde la derecha. No se puede negar el fenómeno que el chileno Tomás Moulian llama de “centripetación política” que consiste en que tanto la derecha como la izquierda están hoy ubicadas más al centro y es hoy más difícil diferenciarlas.
Pero para el movimiento sindical no hay dudas, frente al blindaje financiero que propone la derecha, nosotros proponemos un blindaje social, en cuanto a más seguridad social, más empleos, más integración real y menos libre comercio, más igualdad de género, más inclusión de jóvenes, desarrollo sostenible, empleos decentes, mejor distribución de los ingresos, más producción y cero especulación, entre otras cosas.
Si esta ocurriendo esta crisis es porque esta globalización, sectaria y segmentada como es, se ha expandido en lo financiero-especulativo, en la ganancia fácil y descontrolada.
Qué pasaría si se globalizara lo social, lo productivo y el desarrollo sostenible?
* Reportero sueco que cubre America Latina desde el 1980
NOMBRE: Victor Báez Mosqueira
CARGO: Secretario General de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA). Dirigente sindical bancario en Paraguay desde 1975. Secretario General del Movimiento Intersindical de Trabajadores que combatió a la dictadura de Stroessner y primer Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) del Paraguay.
CSA: La CSA representa a 52 millones de trabajadores y trabajadoras en las Américas, agrupados en 65 centrales sindicales nacionales en 29 países del continente y es la rama continental de la Confederación Sindical Internacional. La presidenta de la CSA es la compañera Linda Chavez-Thompson
SEDE: La sede se encuentra en Sao Paulo, Brasil.
lunes, 24 de marzo de 2008
Nace un nuevo gigante sindical en América Latina
Entrevista con Víctor Báez, secretario general de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) ante la unificación con CMT, Confederación Mundial del Trabajo en la nueva internacional CONFEDERACIÓN SINDICAL INTERNACIONAL (CSI).
Por Dick Emanuelsson*
La unión de las dos internacionales sindicales constituye un nuevo paso importante en la unificación del movimiento sindical mundial.
Entre el 27 y 29 de marzo se reunirán en Panamá para la creación de la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA).
VÍCTOR BÁEZ, que es secretario general de la ORIT, Organización Regional Interamericana de Trabajo, afiliada en la internacional CIOSL, subraya que la fusión con CLAT, Central Latinoamericana de Trabajadores, abre una nueva perspectiva en el sentido que adquiere mucha más fuerza en la lucha contra el modelo neoliberal.
También introduce un nuevo ingrediente; las Multilatinas, empresas y poderes multinacionales de origen latinoamericano que han surgido por su poderío económico. Los obreros de la construcción en Panamá han vivido en carne propia las consecuencias de su ofensiva antisindical y antiobrera, imponiendo sindicatos “amarillos” y el sicariato que entre agosto de 2007 hasta ahora ha cobrado la vida de tres obreros en la cintura de América.
* * *
Dick Emanuelsson: En todo el mundo se ha iniciado un proceso de unificación de las dos centrales sindicales internacionales, CIOSL y CMT. ¿Cómo va el proceso en América Latina?
Victor Báez: El proceso no es solamente latinoamericano, sino de todas las Américas. Las organizaciones sindicales de Canadá y Estados Unidos también están participando del mismo. El Congreso de unificación será llevado a cabo en Panamá, los días 27,28 y 29 de marzo de 2008. El 26 de marzo tendrán lugar los congresos de disolución de la ORIT y de la CLAT. Al día siguiente nacerá la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (CSA). Pero también participarán otras organizaciones que se han mantenido independientes hasta el momento y que se afiliaron a la nueva internacional (CSI), como la CUT de Colombia y la CTA de Argentina, entre otras. Es decir, ésta es una nueva central de trabajadores y trabajadoras, superadora de esa guerra fría que tanto ha perjudicado a los trabajadores y trabajadoras en la historia reciente.
Hubo mucho debate y muchas reuniones nacionales, subregionales y regionales para llegar a la CSA. Nadie dejó de ser invitado. No fue un proceso sectario ni mucho menos. Por otro lado, nadie puede obligar a nadie a formar parte de un emprendimiento como éste, pero a la vez, nadie puede pedir que esperemos a que absolutamente todos y todas estén de acuerdo para formar la CSA.
De lejos ésta será la organización continental más representativa de los y las trabajadores(as) del Continente. Lo decimos con todo respeto, pero a la vez tendrá la apertura suficiente como para seguir trabajando con las centrales que no estén afiliadas o que estén afiliadas a otras organizaciones, en torno a temas comunes, como por ejemplo lo hicimos en el combate contra el ALCA, el neoliberalismo, la falta de libertad sindical en varios países, etc.
Debe fortalecerse el movimiento de trabajadores/as en las Américas. Eso puede hacerse mejorando los números de afiliación, por un lado, pero por otro creando una sintonía estratégica, reivindicativa y propositiva del movimiento sindical desde Alaska hasta Tierra del Fuego.
D.E.: Hace un mes fue baleado y muerto un activista sindical de la construcción por un policía panameño, el tercer muerto de ese gremio en medio año. La protesta fue por la muerte de 29 obreros accidentados en el 2007 en Panamá. ¿Cómo ha sido el desarrollo en América Latina y el Caribe de la estadística de accidentes y muertes a raíz de la inseguridad en el trabajo?
V.B.: El SUNTACS, Sindicato a quien pertenecen los muertos, tiene todo nuestro respeto por su historial de lucha sindical. Nosotros, junto al movimiento sindical internacional, hemos reaccionado enérgicamente contra todos esos asesinatos frente al gobierno de Panamá. Ahora, con relación a la inseguridad en el trabajo, este es un mal endémico en el continente. Se concentra en las actividades vinculadas a la agricultura (exposición a agrotóxicos), construcción civil (ausencia de protección y de medidas de seguridad en las empresas), industria minera en general, pero también ha ido aumentando para los/las trabajadores del sector informal de la economía porque no tienen protección alguna.
En el movimiento sindical estamos luchando todos los días con eso, para hacer adoptar y cumplir las legislaciones nacional e internacional existentes. Pero la solución, además del fortalecimiento sindical y la capacitación de los trabajadores y trabajadoras, es tener políticas públicas que obliguen a las patronales a adoptar las medidas de protección a los trabajadores. Hace falta incluso modificar la visión de los gobiernos y los Estados. En la mayoría de ellos, los accidentes se ven solamente desde el punto de vista de la compensación monetaria, lo cual forma parte del negocio y del lucro a expensas de los derechos de los trabajadores. Hace falta ver la seguridad en el trabajo como parte integral del derecho a la seguridad social de los/las trabajadores.
D.E.: El conflicto de Panamá también ha tenido que ver con la lucha contra las transnacionales que intentan introducir un sindicato amarillo. ¿Cómo ha sido afectado el movimiento sindical organizado por esa modalidad en el continente?
V.B.: Eso es cierto. Las multinacionales quieren establecer sus propias reglas, aun por encima de las leyes nacionales y generalmente lo hacen. No importa el origen de ellas. Las multinacionales norteamericanas tienen una tradición de no respetar los derechos de los trabajadores en su propio país. La AFL-CIO está promoviendo una ley al respecto en los Estados Unidos. Las multinacionales europeas tienen fama de respetar a los trabajadores en Europa, pero aquí hacen todo lo contrario. Ni hablar de las asiáticas. Pero están surgiendo también multinacionales de origen latinoamericano, que llamamos nosotros de multilatinas, que tienen el mismo comportamiento. Generalmente reprimen todo tipo de organización sindical o crean sindicatos amarillos.
No puedo dejar de mencionar aquí la modalidad de “contratos de protección” que existe en México, donde unos cuantos sindicalistas corruptos venden contratos colectivos a las empresas nacionales o multinacionales y los trabajadores no tienen el derecho de conocer el contenido de ese contrato ni tampoco de formar un sindicato auténtico, una vez que fue firmado el contrato de protección que protege a las empresas.
Sin embargo, no quiero describir solamente el problema. Los tratados de “libre comercio” y sobre todo los de “libre inversión” que son los brazos largos del modelo neoliberal, buscan precisamente eso, que las empresas hagan lo que quieran en los países, sin importar las consecuencias. Esta es una de las razones por la que nos hemos opuesto al ALCA, al CAFTA y a cualquier tratado de este tipo. En los acuerdos de asociación promovidos por Europa, nos preocupa también el capítulo de libre comercio que es exactamente igual al que promueve Estados Unidos. Esto lo estamos hablando justamente con la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
Casualmente, en el Congreso de fundación de la CSA estaremos lanzando una campaña por la libertad de organización y el derecho a la negociación colectiva.
Finalmente, quiero hablar sobre el diálogo social. La ORIT tiene una posición dura al respecto y la misma continuará en la CSA. Algunos dicen que en el continente ha progresado el diálogo social. Nosotros creemos que no y creemos que quien dice eso, miente. No podemos decir que el diálogo social progresa porque fueron formadas unas cuantas comisiones tripartitas en varios países. La realidad es que en muchos países de América Latina están asesinando cada día sindicalistas y/o sindicatos. ¿Puede haber diálogo social en esas condiciones? Nosotros insistimos en que no. Colombia, Guatemala, El Salvador, Paraguay son algunos de esos ejemplos de asesinatos diarios de organizaciones sindicales y/o de activistas o dirigentes.
D.E.: En general, ¿cómo ve la ORIT la situación en América Latina? ¿Cómo se analiza la formación de los gobiernos elegidos por sus pueblos como una alternativa o vía contra el modelo neoliberal, países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua?
V.B.: En la ORIT pensamos que, para los/las trabajadores(as), no puede ser indiferente que haya un gobierno de izquierda o progresista o un gobierno de derechas. No puede ser igual para nosotros Tabaré Vázquez a Uribe. Para nosotros Uribe es un enemigo declarado de la clase trabajadora, junto a otros gobiernos de derecha como el de Tony Saca, por ejemplo. Los gobiernos progresistas o de izquierda tienden a realizar esfuerzos políticos y políticas públicas, defendiendo, creando y materializando derechos sociales. En muchos casos, para ser claros, nos gustaría igualmente que fueran más lejos de lo que están yendo, en la profundización de los cambios que han prometido. Pero, de todas formas, la reducción de las desigualdades no puede limitarse a las políticas sociales. En nuestra Plataforma Laboral de las Américas reivindicamos un desarrollo sostenible que está vinculado a una familia de conceptos, como el pleno empleo, trabajo en condiciones dignas, sociedad sin excluidos, reformas no neoliberales del sistema de protección social para incluir a más gente, etc.
Por último, la propia CEPAL ha hecho un ejercicio para el 2007, que acaba de conocerse. Los gobiernos de Brasil y Uruguay no solamente han disminuido el desempleo, sino que han aumentado la protección social.
No obstante, esperamos que esos gobiernos profundicen más y por ello, el movimiento sindical debe empujarlos a hacerlo.
D.E.: ¿Los desafíos para el movimiento sindical? ¿Cómo ampliar el trabajo para que se incorporen los movimientos sociales en el trabajo que en América Latina tiene una incidencia en varios países?
V.B.: Vamos por partes. Creemos que uno de los principales desafíos del movimiento sindical es una revisión de sus estructuras, para ser en lo interno más democrático, más participativo, más incluyente y, por ende más representativo. Esa es una de las tesis del Congreso fundacional de la CSA. Debemos incluir más jóvenes, más mujeres, más sectores no tradicionales del sindicalismo. En muchos países hay que superar el modelo de sindicato por empresa, por ejemplo.
Hay que tender puentes para superar los efectos de esa guerra fría que dividió al debilitado movimiento sindical de América Central, por ejemplo. Debe haber una complementación entre lo que hace la CSA con lo que hacen las articulaciones sindicales subregionales en el área andina, América Central, Cono Sur y Caribe y también como lo que hacen las centrales a nivel nacional. Debemos promover la unidad. Hay países donde existen más de 20 centrales obreras, con un movimiento obrero pequeño y debilitado. Es imposible seguir en esas condiciones.
Pero por otra parte, hay que aumentar la calidad política. El movimiento sindical de las Américas forma parte de un movimiento sindical internacional y debe influir en él con las aspiraciones de los/las trabajadores/as de esta parte del mundo. Como organización continental nos debe preocupar lo que pasa en el mundo, en la OMC y sus consecuencias para nuestros países, por ejemplo. No podemos quedarnos mirando mientras los sindicatos de los países desarrollados discuten estos temas. El nuevo internacionalismo sindical que se busca con la creación de la CSI y con la fundación de la CSA exige mayor participación de las organizaciones regionales como la nuestra.
Los desafíos externos son el combate al neoliberalismo, a los tratados de libre comercio, vengan de donde vengan, al trabajo infantil y sus causas, a las discriminaciones. Queremos un modelo alternativo al que quieren imponernos las potencias con sus tratados librecambistas, porque más allá de lo que digan las leyes, que son importantes, la verdadera garantía para el respeto y conquista de nuestros derechos es el modelo económico y social que nos demos en nuestros países y regiones. Todo esto está en el programa de acción de la CSA.
Ahora, con relación a los movimientos sociales, desde la ORIT y en el futuro desde la CSA, seguiremos trabajando con ellos y junto a ellos. La ORIT ha sido fundadora de la Alianza Social Continental que ha tenido un destacado papel en la lucha contra el ALCA y en otros terrenos. Ya lo hemos estado haciendo y lo seguiremos haciendo. Creemos profundamente en una política de alianzas con otros sectores de la sociedad como el de los campesinos, las mujeres, las organizaciones indígenas, de Derechos Humanos, etc., que buscan las mismas cosas que nosotros buscamos.
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*Dick Emanuelsson es corresponsal sueco que cubre America Latina desde el 1980.